Desarrollo y Emprendimiento

Por qué este blog? Porque he dedicado mi vida profesional a aportar al desarrollo económico de Chile estudiando qué medidas ayudarían más al crecimiento y la equidad, y publicando lo que he ido descubriendo. Ahora quiero aprovechar esta tecnología para ampliar el diálogo con otros sobre este tema.

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Nombre: Ernesto Tironi
Ubicación: Las Condes, Santiago, Chile

Economista, empresario y educador (1947). Profesor Ingeniería Industrial Universidad de Chile, Asesor y Director de Empresas y de Sociedades del sector Educacional. Ex embajador ante Naciones Unidas y Gerente General de CORFO.

lunes, julio 24, 2006

Mail de Fernando Echeverría, del 11-07-06

Estimado Ernesto
He leido con atención los dos artículos y creo combates contra fantasmas, no he escuchado a nadie que platee la tesis de terminar con los colegios "no públicos", estos han existido siempre, salvo la aventura de la ENU nunca se planteo en chile que no existieran las escuelas parroquiales para niños pobres. Te insisto, cuando se habla de regulaciones del sector particular subvencionado, no se está hablando de la eliminación del sector, se está hablando de establecer condiciones de competencia leal, tema fundamental en la economía de libre mercado. Tu sostienes que hay ideologización cuando se plantea equilibrar las condiciones de operación de ambos sectores, te puedo decir que en tus dos columnas he encontrado una ideologización suprema sobre el valor de la libertad y esa extremación de tus tesis solo ayudan a las nuestras. Como no ha sido posible demostrar que la educación que ofrecen los particulares sea de mejor calidad que la que ofrecemos nostros en condiciones desventajosas (en lo que mandé al Mercurio el cuadro es suficientemente demostrativo) al menos es plausible la tesis de que en equiparidad de condiciones podríamos mejorar superando los resultados de los particulares como queda suficientemente claro en el estrato social bajo. Pensar que los particulares son depositarios de las clases medias al menos eso es discutible si recorremos todo el país y comprobamos que los liceos 1 de varones y mujeres siguen siendo en todas las ciudades teniendo mejores resultados y matrícula completa y apuntan. Comparto sí que en muchos de nosotros hay una carga ideológica fuerte en favor d e la defensa de la educación pública por cuanto no queremos que quede reducida a los marginales de los marginales. Pero tiene que aceptar que la ideologización está por igual y en este último tiempo se ha expresado con mucha fuerza desde el sector particular subvencioando. A diferencia de los 70 con la ENU no son las congregaciones religiosas y las fundaciones (Matte u otras) las que encabezan la defensa de la "libertad", ellos saben que nadie los ha cuestionado, nadie ha plateado terminar con la subvención para los particulares. Fijate que en la camara de diputados el cura de la FIDE llegó a plantear que no tiene sentido una subvención preferencial por alumno, dijo que tiene que ir a la escuela (a todos los alumnos) de las que tienen mayores % de vulnerabilidad y por lo tanto es portable al interior de los que califican. Esto no lo dijimos nosotros lo dijo la FIDE y lo dijo el mismo día que estaban los subvencionados particulares. Si encuentro lo que escribí sobre la columna de Hevia te lo mando
Saludos
Fernando
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Querido Fernando,
Gracias por tu mail que nos permite seguir dialogando sobre el tema.
Aprendí mucho gracias a tu generosidad de darte el tiempo para conversar. Entiendo mejor tus preocupaciones. Tal vez tú las mías, aunque te parezcan infundadas o meros fantasmas. Este es el valor de la democracia y el respeto que aprendimos a revalorar gracias a la forma en que la recuperamos la democracia. Por todo esto es que quiero seguir este diálogo.
Con respecto a tu mail,
1. Tú crees que combato fantasmas. Ojalá sea así. Pero pienso que hay muchos que tienen como objetivo, si no eliminar, al menos reducir o limitar al máximo el ámbito de los Colegios Particular Subvencionados (CPS). A mi no me importaría que ello ocurriera si es como consecuencia de políticas que eliminen a los malos colegios, pero no de otras medidas discriminatorias que no terminen por mejorar la calidad de la educación en Chile.
2. Hablas de competencia "leal". De acuerdo. Definamos ese término. Lo dejo para después.
3. Me hablas de mi ideologización suprema sobre el valor de la libertad. De acuerdo. Sí soy partidario de la libertad: política, económica, de prensa, social y educacional. Todas. Para recuperarla combatimos la dictadura de Pinochet.
4. Sostienes que no ha sido posible demostrar que la educación que ofrecen los CPS sea de mejor calidad que la de los municipales (CM ) y que en "equiparidad de condiciones " éstos podrían superar a los CPS. Puede ser; no lo niego. El punto es definir esa "equiparidad" y dejar que cada uno opere en iguales condiciones, y los padres y madres elijan. De eso se trata. Pero no de llamarle condiciones "equiparadadas" a aquellas que permitan que los CM no sigan perdiendo alumnos en favor de los CPS. Compitamos en igualdad de condiciones. Aunque no me gusta mucho ese énfasis excesivo en la palabrita competencia. Creo más en la ética de cada cual haciéndolo lo mejor que estima posible.
5. Completamente de acuerdo que los CPS no son los ÚNICOS colegios de las clases medias. Bravo por las buenos liceos de provincias. Que sean muchos más y mejores. Pero en las grandes comunas urbanas, especialmente de la RM (Maipú, La Florida Puente Alto - 1,5 millones de habitantes), los CPS son predominantemente los colegios de la clase media. ¿Dónde estarán educándose las clases medias emergentes de provincia?
6. Tu reconocimiento de la carga ideológica en defensa de la educación pública la valoro como muy sincera y valiente. Te digo más: Yo no busco que los CM queden reducidos a ser los marginales de los marginales. Todo lo contrario. Quiero que mejoren. Eso nos obligará a mejorar a todos, incluidos los CPS. Eso es justamente lo que busco. Reconozco la ideologización de los CPS. Eso no lo rechazo tampoco. Busco hacerlo transparente. Como el lobby. No es malo en sí. Lo malo es ocultarlo, porque eso es un engaño.
7. Sobre los colegios de fundaciones benéficas y religiosas (FIDE), ellos tienen toda otra realidad y legitimidad. Yo deseo reinvindicar la legitimidad de los CPS que tienen como objetivo operar en este sector económico-social de servicios educacionales obteniendo una utilidad por la inversión de capitales en ellos. Considero que eso es bueno para el país, y que sería mejor si el Estado acepta y respeta a esos emprendedores e inversionistas como colaboradores en la provisión de servicios de valor para los chilenos. El Estado contribuye a que den un mejor servicio no "regulándolos" más, sino que mejor: proveyendo condiciones parejas para la competencia entre ellos y con los municipales, proveyendo información a los apoderados y alumnos (resultados Simce por alumno informados a cada padre) y pagando la misma subvención por alumno, vaya él a un CPS o a un CM. Se equivoca la FIDE al decir que no tiene sentido una subvención mayor por ALUMNO vulnerable, sino que tiene que ir a la escuela. Con subvención por ALUMNO vulnerable vamos a llevar a más alumnos pobres a integrarse a colegios donde una mayoría de alumnos son no pobres. Así ayudaremos más a sacarlos de la pobreza.
Más adelante espero comentarte tus columnas y cartas al diario. Muy valiosas e interesantes.
Pienso publicar estos comentarios en mi blog para invitar a otros a sumarse. ¿Me autorizas a subir tu mail?
Un saludo afectuoso,
Ernesto Tironi B.

martes, julio 04, 2006

CRITERIOS PARA AVANZAR EN EDUCACIÓN

La opinión pública debe estar confundida ahora con tantas opiniones distintas sobre qué hacer para mejorar la educación. En estas columnas he abordado muchas veces el tema, porque hace tiempo lo considero crucial para Chile. Intentaré resumir algunos criterios para hoy.

1.- Escuchemos el malestar de los estudiantes, pero no corramos a encontrarles razón. Ellos lo expresaron como su molestia con relación a la Jornada Escolar Completa. Pero están expresando un malestar más general. Alto nivel de exigencia, stress y falta de sentido de lo que les enseñan y cómo les enseñan. Pero sus dirigentes se aprovechan de esto y dicen que la causa es la Ley de Educación (LOCE) y que existan colegios particulares subvencionados. No necesariamente. Es que sus profesores hacen clases demasiado aburridas porque saben poco y muchos ya deberían haber jubilado dignamente. Tampoco la causa es una “educación de mercado y orientada por el lucro”, como dicen los dirigentes estudiantiles más politizados que buscan aprovechar el descontento de los demás alumnos. Aquí se nota cómo se ha metido la politización, la ideología y la demagogia de los grupos políticos que desean aprovecharse de ellos para sus objetivos. No seamos ingenuos; exijamos racionalidad y evidencia empírica.

2.- ¿Qué hacer?: Hacerse cargo. Chile ha vivido casi todo el último año un período de elecciones centrada en promesas de más igualdad. El debate era cuál candidato presidencial era más capaz para reducir las desigualdades. Y ambos prometieron que alcanzarían ese anhelo poniendo énfasis en mejorar la educación. Sin embargo cuando se inicia el nuevo gobierno, el compromiso se reduce a elevar el número de salas cunas y jardines infantiles. Poca consecuencia, dirán después los estudiantes.

3.- Mantener desigualdades es inaceptable, pero prometer corregirlas con leyes es pura demagogia y será peor. Pretender que las desigualdades sociales se van a eliminar con una Reforma que eleva el status constitucional del Derecho a la Educación es una ingenuidad. Insinuar que se logrará volviendo todos los colegios al control del Estado es un engaño. Decir que las diferencias sociales se reducirán si los colegios particulares subvencionados dejan de seleccionar los mejores estudiantes es un insulto a la inteligencia. Atribuir las desigualdades en educación a la existencia de colegios particulares subvencionados “con fin de lucro” es demagogia pura. Las desigualdades se empiezan a corregir con mejores profesores y más recursos para CADA alumno pobre (no sólo para los colegios municipales de comunas pobres). Así habrá un estímulo para que los mejores colegios (privados o municipales) integren y matriculen a más alumnos pobres.

4.- El mercado es cruel y el lucro puede llevar a engaño, pero la burocracia estanca. El mundo avanza hacia la diversidad de formas de asociación del sector público con privados para conseguir el desarrollo económico y social: las concesiones de obras públicas, las viviendas sociales construidas por empresas privadas y subsidios públicos son sólo algunos ejemplos. La bipolaridad entre estatismo y capitalismo puro terminó con el desastre que dejó ver la caída del muro de Berlín. Reconozcámoslo claramente: al usar la palabra “colegios con fines de lucro" se les intenta descalificar. Una forma encubierta, pero clara, de decir:"no deben existir”.
Las necesidades de invertir más en educación es algo que reconocen todos. Sin embargo, algunos rechazan encubiertamente que se use capital privado en educación. ¿Qué les importa más de verdad entonces, mejorar la educación o conseguir puntos para su pelea ideológica? Es cierto que algunos empresarios privados de la educación cometen abusos; el Estado debiera impedirlo. Es verdad que puede haber engaños por promesas de servicios educacionales que no se cumplen; lo mismo. Pero también los cometen los colegios públicos. Debe regularse más, dicen algunos simplistas. No; debe regularse mejor. Debe regularse lo que importa; es decir, lo que están aprendiendo los alumnos, lo bien o mal que se está educando cada niño y cada colegio. Evaluar aprendizaje y poner estándares mínimos. Y deben cerrarse los colegios malos y permitir que se expandan los buenos (= que logran mayor aprendizaje); sean públicos o privados.
Los colegios particulares subvencionados son el medio escogido por la clase media para progresar socialmente. Impedirle a los padres el derecho a escoger el colegio que prefieren para sus hijos viola un derecho humano fundamental. Negarles la facultad de destinar parte de sus ingresos a pagar para que reciban una mejor educación, es un atentado contra la clase media chilena y sus aspiraciones. ¿Quién les da derecho a algunos pocos en una Comisión u organismo público a dictaminar que alrededor de un millón de padres y madres no saben ni pueden escoger qué es mejor para sus hijos?

5.- Los mejoramientos de calidad, con su beneficio sobre la equidad, son tareas principalmente del profesor en la sala de clases. La demanda por educación de calidad es una demanda por mayor equidad; “que cualquiera pueda tener una educación tan buena como la de los colegios particulares pagados de Santiago”, ha dicho una alta autoridad educacional actual. Bien. Trabajemos entonces para eso. Pero eso no se conseguirá descalificando empresarios que están dispuestos a invertir en educación; tampoco pretendiendo que se logrará sólo con más dinero, reformas legales o más regulación estatal. Lo conseguiremos con cambios en las prácticas en las salas de clases y un trabajo conjunto de profesores, directivos de colegios y funcionarios públicos. Con la evaluación simultánea y periódica de profesores y alumnos por el aprendizaje que éstos obtienen de aquellos. Con estándares mínimo para esos aprendizajes en cada nivel y evaluaciones de excelencia con consecuencias.

6.- Una educación de calidad es tarea compartida. El primer responsable de la educación de los niños y niñas chilenos son sus familias - sus padres y madres. Su rol es insustituible para cultivar las actitudes y valores que permiten lograr los aprendizajes deseados. Actitudes de disciplina y trabajo; así como responsabilidad y respeto. Los colegios deben trabajar más cerca de los padres y viceversa, para cultivar esos valores y hábitos. El segundo responsable es el colegio o escuela - sus profesores y directivos. Ellos deben vivir esos valores y conocer las materias que deben enseñar. Si no, ¿Qué van a enseñar? ¿Y cómo van a aprender los estudiantes? Finalmente educar es tarea de toda la sociedad - del Estado y los particulares. No sólo del Estado. El desafío es trabajar todos juntos por una sociedad con mejor educación, mayor igualdad y más libertad.
"Publicado en "El Diario", julio, 2007.

lunes, julio 03, 2006

Sobre lucro en la educación

En el debate que las protestas de los estudiantes han generado, varios sectores han señalado que la causa de la mala calidad de la educación chilena es su “orientación al lucro”o “al mercado” (Comunicado del “Frente Social de la Educación y OPECH”, 14/06/06; Declaraciones del Colegio de Profesores y Dirigentes Secundarios de la ACES). ¿Qué significa esto? ¿Qué consecuencias tendría aceptar ese postulado? ¿Cuán verdadero es? ¿Cuál es la evidencia y relación causal que lleva del lucro a la mala calidad educacional?

Primero es necesario sincerar que esa crítica apunta fundamentalmente a cuestionar la existencia de colegios particulares subvencionados. No a los pocos particulares pagados, como el Grange o San Ignacio. Intenta deslegitimar el sistema que permite que haya colegios de propiedad de privados (la mayoría de ex profesores o de sociedades) que imparten educación a 1.500.000 alumnos, cerca de la mitad de los estudiantes chilenos. Puede no cuestionarse específicamente que existan, pero sí que operen recibiendo una subvención del Estado o pública de $ 30.000 por alumno al mes. Se apunta al menos a eliminar esa subvención y que el Estado gaste esa suma para administrar directamente más colegios públicos, presuntamente dependiendo del Ministerio de Educación como era antes de 1980.

La línea argumental sería la siguiente: uno, hoy gran parte de la educación se imparte en colegios particulares subvencionados con fondos públicos; dos, la educación en Chile es mala; por lo tanto, tres: si el Estado gastara directamente esos fondos daría una mucho mejor educación. Dudoso que esto pasara un curso de lógica, pero veamos cada argumento.

La primera afirmación es cierta. Es además crecientemente cierta. En efecto, ha ido subiendo mucho el número de alumnos que se educa en Colegios Particulares Subvencionados (CPS). De 32% en 1990 a como 40% el 2005. Del aumento de matrícula entre esos años (como 780,000 alumnos), cerca de dos tercios ha sido satisfecha o cubierta gracias a la ampliación o construcción de nuevos colegios particulares subvencionados. La minoría de los nuevos alumnos recientes fueron a colegios públicos. Lo importante es preguntarse porqué ocurre eso si reciben la misma subvención por alumno que los colegios públicos. ¡Ah!, responden los “Anti-lucro”: eso ha ocurrido porque los CPS “engañan” a los apoderados con propaganda y apariencias, como ponerles nombres en inglés a los colegios. Lo que no ven (o no dicen) es que la matrícula de esos colegios sube porque los padres y apoderados los eligen. Una encuesta reciente a apoderados mostró que 70% de ellos con hijos en colegios municipales están insatisfechos con éstos, mientras que sólo 50% lo están entre quienes tienen a los suyos en particulares subvencionados. Otra mostró que el 49% preferiría que su hijo(a) fuera a un CPS y sólo el 12 % preferiría uno público. Entonces es a los apoderados a quienes deberían culpar y a quienes se castigará si les quitan la opción de elegir entre colegios públicos y particulares igualmente subvencionados. A quienes se castigará más será a los chilenos de clase media. Son los que están incluso dispuestos a pagar una mensualidad adicional para que sus niños se eduquen mejor.

Veamos la segunda afirmación: la educación en Chile es mala. Como dos quintos de los colegios son Particulares Subvencionados entonces estos deben ser malos. Pero la evidencia disponible no muestra que los CPS impartan una peor educación que los públicos cuando se comparan bien; es decir cuando se comparan colegios equivalentes y con un nivel socio económico análogo de los alumnos. Hay unos pocos colegios públicos de elite, como el Instituto Nacional, con mejor desempeño que los CPS, así como otros con peor desempeño en sectores de extrema pobreza. Pero los CPS atienden principalmente a la clase media, y en ese segmento superan a los públicos.

Pero yendo al punto de fondo, y aceptando que tenemos deficiencias en calidad, lo central es que eso no es responsabilidad principalmente de los colegios particulares subvencionados. Ellos no definen solos las materias que enseñan, ni forman los profesores que contratan. Esto es más responsabilidad del Ministerio de Educación, del Estado. Los colegios particulares se promovieron para la tarea de elevar la cobertura educacional (número de matriculados). Por eso la subvención se diseñó por alumnos que asiste a clase y no se pusieron requisitos de calidad. Hoy podría ser el momento de cambiar eso y pasar a otra etapa con una subvención superior. Pero los CPS cumplieron con lo suyo. Desde 1990 a ahora se elevó de 80 a más de 90% el porcentaje de niños entre 14 y 17 años en el colegio. Eso significó incorporar como 270,000 alumnos adicionales a la enseñanza media. Como tres cuartos de ellos se incorporaron gracias al aporte de matrículas de los colegios privados subvencionados.

Que el Estado lo haría mejor administrando directamente sus colegios es altamente dudoso. Pero dejemos este tema allí y seamos prácticos y rigurosos. ¿Qué consecuencia tendría aceptar el fin del “lucro en la educación”, es decir, terminar con las subvenciones a colegios particulares y con “el mercado en la educación”?. Primero, significará que se empezarán a cerrar colegios particulares. Tal vez no quedarán profesores cesantes, porque aparecerán parlamentarios promoviendo una ley para que el Ministerio se haga cargo de los colegios. Me salto los conflictos políticos y judiciales que esto último generaría porque no son mi especialidad: los juicios en los tribunales sobre la legalidad de los interventores, sobre si se estaría respetando o no la propiedad privada, si equivale a una expropiación de los sitios, etc. Lo único cierto es que eso llevaría a ideologizar y politizar más el tema que es lo que algunos buscan.

Me limito a consecuencias económicas y educacionales. En el mejor de los casos, la primera sería destinar millones de dólares del presupuesto público a comprar edificios de colegios, en vez de gastar para mejorar la educación (p.ej. becas para mejorar la formación de profesores, sus sueldos, equipamiento, etc). La segunda, sería desperdiciar la capacidad profesional de miles de emprendedores con un valioso know- how en gestión escolar. Sería cerrar por décadas la posibilidad que privados destinen parte de sus ahorros y capital a construir y desarrollar establecimientos educacionales. Y punto final a los préstamos de bancos a privados para educación de cualquier tipo, después de las pérdidas que habrán sufrido.

Y estaríamos hablando de sumas considerables: 4,300 colegios y 3,200 sostenedores. No es muy difícil calcular el capital invertido en colegios particulares subvencionados. Con supuestos conservadores como 1,5 UF por m2 de terreno, como 1,500 a 2,000 millones de dólares invertidos por privados en educación escolar, y con una tendencia ascendente, que ahora empezarían a verse afectados o a descender.

Puede que esto no ocurra en un año o dos. Pero hacia allá es donde hace tiempo que quieren ir muchos y ya han empezado. Pueden lograrlo también poco a poco reduciendo las subvenciones, poniendo más regulaciones, obligando a más becas, discriminándolos en favor de los municipales. No nos engañemos. En la elección de la palabra “lucro” y no otra, hay un intento de descalificar y terminar con privados en este sector de la economía nacional. Aquí se encontró una justificación para comenzar a cambiar el “modelo económico”. Si se tiene éxito aquí, ya seguiremos con los demás sectores cuestionados. Y en esto hay también parlamentarios de la Concertación con el argumento de que son los colegios particulares subvencionados los responsables de los problemas de equidad y calidad de la educación chilena. Una exageración de mi parte, pueden pensar algunos. Tal vez; pero quienes tenemos suficiente memoria recordamos la historia nacional del debate sobre áreas de propiedad y de las descalificaciones. Y sabemos dónde terminan.

¿Hay otro camino? Sí; analizar, sin descalificaciones ocultas, bajo qué condiciones de desempeño escolar entregar subvenciones iguales a colegios tanto públicos como privados. Por ejemplo, los que no alcanzan un puntaje mínimo en el SIMCE se le quita la subvención y se cierran, sean privados o municipales. Y una nueva orientación del Ministerio de Educación centrado en evaluar aprendizaje e informar bien a los padres de lo que cada uno de sus hijos e hijas aprende.
"Publicado en "El Mercurio", Domingo 2 de julio,2006,Cuerpo D, Santiago."