Desarrollo y Emprendimiento

Por qué este blog? Porque he dedicado mi vida profesional a aportar al desarrollo económico de Chile estudiando qué medidas ayudarían más al crecimiento y la equidad, y publicando lo que he ido descubriendo. Ahora quiero aprovechar esta tecnología para ampliar el diálogo con otros sobre este tema.

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Nombre: Ernesto Tironi
Ubicación: Las Condes, Santiago, Chile

Economista, empresario y educador (1947). Profesor Ingeniería Industrial Universidad de Chile, Asesor y Director de Empresas y de Sociedades del sector Educacional. Ex embajador ante Naciones Unidas y Gerente General de CORFO.

martes, marzo 14, 2006

Tipo de Cambio indexado al cobre

Me cuento entre quienes estima que un tipo de cambio de $ 530 pesos por dólar puede tener graves consecuencias sobre la exitosa estrategia de desarrollo exportador de Chile. Comparto también la visión de que ni el Gobierno ni el Banco Central deben intervenir en el mercado con bandas de precio u otras medidas como entre los sesentas y los noventas. ¿Qué hacer entonces? Primero que nada comprender y situar bien el problema.

En Chile el problema no es el valor del tipo de cambio en sí mismo ni su tendencia, sino su inestabilidad o fluctuación excesiva, alzas y bajas por períodos impredecibles de tiempo y que el origen principal de esa fluctuación es la variabilidad del precio del cobre. Mientras el cobre represente cerca de dos quintos de nuestras exportaciones el tipo de cambio en Chile será muy inestable si no tomamos medidas correctas para limitar el fenómeno.

¿Es grave la inestabilidad del cambio? Ciertamente sí. El problema más grave es que hay empresas o industrias que están cerrando o suspendiendo proyectos de inversión (y causando el consecuente desempleo) sin haber motivos fundados para hacerlo. No hay motivo, porque en 2 a 5 años más, cuando el precio del cobre vuelva a su nivel de largo plazo en torno a 1 dólar la libra, el tipo de cambio volverá a valores por sobre 600 pesos. Pero en ese momento no tendremos mayor producción, ingresos y empleos porque las inversiones necesarias en sectores exportadores no se habrán hecho. Incluso muchas empresas habrán desaparecido.

Muy simple entonces, dirán algunos: que el Gobierno o el Banco Central fije el precio del dólar ahora en el valor de largo plazo (digamos, $ 600 pesos). No es tan simple. Para hacerlo de verdad tendría que comprar muchos dólares a ese precio; pero ¿con qué fondos? o ¿cómo hacerlo, sin generar inflación? Al final sería un remedio tan malo como la enfermedad. Afectaría a muchas más personas que no están vinculadas a sectores que comercian internacionalmente.

El problema más grave es que al final probablemente el esfuerzo estatal será inútil y se habrán gastado cuantiosos recursos públicos. El motivo: los Gobiernos no saben más que otros cuánto durará el período de “vacas gordas”o de precio del cobre excepcionalmente alto. Además la política del Gobierno puede tener poca credibilidad, especialmente cuanto sus recursos son muy inferiores a los privados en el mercado de divisas.

Lo que debe hacerse entonces son tres cosas. Primero que nada ampliar el “Fondo de Estabilización del Cobre”. Es decir, el Estado debiera ahorrar en divisas una parte sustancial de los fondos extraordinarios que recibe por el hecho de tener un precio del cobre por sobre su valor de largo plazo. Estos fondos el Estado debe mantenerlo en depósitos o bonos en el exterior, de modo de reducir la oferta de dólares vendiéndose en Chile. De este modo no bajará tanto el tipo de cambio. El Fondo ha operado y con éxito en Chile, aunque estaba definido para montos menores y precios del cobre más bajos.

La segunda medida clave para reducir la inestabilidad del cambio es permitir a las AFP invertir más de sus fondos en acciones y bonos en dólares. Con eso también contribuirán a elevar el cambio en el corto plazo al comprar más divisas cuando estén baratas. Esto ayudaría aunque se cubran con seguros y ventas a futuro. Las AFP tienen la ventaja de contar con muchos fondos para invertir. Cuando mañana el precio del cobre baje y suba el cambio, podrán vender esas acciones recibiendo más pesos y dando una rentabilidad adicional a nuestros fondos de pensiones.

Finalmente la tercera medida es de tipo más conceptual. El gobierno debiera definir y difundir mucho lo que podríamos llamar el “Tipo de cambio de largo plazo” de Chile, para diferenciarlo del tipo corriente vigente en cada momento. Sería un cambio “deflactado” por el precio de largo plazo del cobre. O sea, algo así como el invento de la UF: una unidad de medición que buscaba evitar que la gente se engañara por el efecto de la inflación. Aquí se trataría de evitar que la gente y los empresarios (sobre todo PYMEs) se engañen creyendo que por los próximos 5 años el dólar seguirá valiendo alrededor de $500. Así sería más probable que evaluaran sus proyectos de inversión con un dólar más cerca de $600, con lo cual no frenarán tanto el crecimiento del empleo. Los consumidores también apreciarán así más el descuento obtenido al comprar productos importados en períodos como el actual, y elevarán sus compras estabilizando el cambio. En resumen, más acción; menos resignación.
Publicado en "El Mercurio", Domingo 12 de Marzo, 2006, p. 2.