Desarrollo y Emprendimiento

Por qué este blog? Porque he dedicado mi vida profesional a aportar al desarrollo económico de Chile estudiando qué medidas ayudarían más al crecimiento y la equidad, y publicando lo que he ido descubriendo. Ahora quiero aprovechar esta tecnología para ampliar el diálogo con otros sobre este tema.

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Nombre: Ernesto Tironi
Ubicación: Las Condes, Santiago, Chile

Economista, empresario y educador (1947). Profesor Ingeniería Industrial Universidad de Chile, Asesor y Director de Empresas y de Sociedades del sector Educacional. Ex embajador ante Naciones Unidas y Gerente General de CORFO.

viernes, febrero 12, 2021

 Dilemas de Candidato Presidencial

Ernesto Tironi B.  27-1-1

 

                ¿En torno a qué opciones (o dilemas)  se jugará la elección del próximo Presidente de la República según los electores y según los  candidatos,  que este mes ya son ocho los que han tomado su puesto en la partida de la carrera?

                Según los expertos y los jefes de las campañas políticas, éstas se organizan alrededor de ciertos temas o disyuntivas específicas que prevalecen en el momento que la campaña se realiza. Los cientistas políticos y sociólogos le dan el nombre técnico de  “clivajes”, bisagras/disyuntivas, o bifurcaciones de camino,  que obligan a escoger si seguir por el que va hacia un lado o al otro lado. Puede ser un tema político: escoger entre democracia y autoritarismo (como en el Plebiscito del 88), un tema económico (entre más  igualdad o más crecimiento (como entre Guillier y Piñera2 el 2017), o un tema más cultural (entre unidad nacional o polarización (como entre Biden y Trump el 2020). O pueden ser combinaciones de opciones en  dos temas; pero no en más de tres temas. Naturalmente estas disyuntivas van cambiando con el tiempo, aunque algunas pueden prevalecer por décadas, como fue el caso de la división entre el Sí y el No desde fines de los 80s hasta entrado los 2000 en Chile.  Estas Disyuntivas Políticas determinantes de los resultados eleccionarios cambian principalmente por eventos históricos significativos, como pueden ser guerras, revoluciones, golpes militares o... pandemias.

                En los últimos años en Chile y el mundo hemos tenido al menos un par de esos eventos históricos que nos han remecido profundamente como personas y como sociedad. Obviamente me refiero al Estallido Social del 18-O y a la Pandemia, con sus secuelas en las condiciones  y perspectivas económicas, de  empleo y vida personal de millones de personas. ¿Cuáles serán las disyuntivas que la mayoría de los electores estarán percibiendo y sobre todo, las que verán en el momento que se realice la elección?  Más le vale la pena ir haciéndose la pregunta  quienes  pretenden  ganar la carrera.

                Porque el candidato que ganará el partido tenderá a ser quien acierte a descubrir a tiempo y posicionarse bien en torno a la disyuntiva o clivaje predominante, en primer lugar. Pero también, en segundo lugar, ganará quien sea reconocido por los electores como confiable de cumplir la promesa de llegar con el bastón hasta la meta. Esto puede sonar abstracto, así es que daré algunos ejemplos de nuestra historia política reciente.

                Tendemos a olvidarnos que la Concertación perdió el Gobierno (cediéndolo a Piñera1 el 2009), por  no comprender a cabalidad lo expuesto arriba en la selección de Eduardo Frei Ruiz-Tagle como  su candidato, en las dudas de éste sobre el clivaje dominante y en su credibilidad con respecto a la opción que pretendió encarnar.   En ese momento, al final del gobierno de Bachelet1, había comenzado  un malestar  del electorado con los casos de corrupción y burocracia estatal, y una apertura a la alternancia en el poder. Frei respondió al principio con una campaña que proponía “El cambio del modelo económico”  (incluso proponiendo una nueva Constitución) pero cambió de caballo en la mitad de la campaña ( al parecer por no encontrar mucho eco) e intentó proponer como respuesta “El cambio generacional”.  Tampoco fue creíble para los electores. Su contendor,  Piñera1 planteó como respuesta a ese malestar “Una mejor gestión pública” y una alternancia no disruptiva con la orientación de centro de la Concertación. Así logró la mayoría y terminar la sucesión de gobiernos concertacionistas (para más detalles, ver Eugenio Tironi, Radiografía de una derrota, Uqbar, 2010). Ocho años más tarde, nuevamente Piñera2 acierta en responder a la inquietud prevaleciente del electorado por el exceso de estatismo e igualitarismo de Baqchelet2/Nueva Mayoría y el lento crecimiento económico, planteando volver al crecimiento.  La gente le creyó, especialmente en comparación con “más de lo mismo” ofrecido por Guillier, y le dio una contundente mayoría. Pero Piñera2 no consiguió el crecimiento que había prometido y se le desmoronó su credibilidad y con ello todo su castillo.

                Así llegamos a este decisivo año 2021. ¿Cuáles serán las disyuntivas que prevalecerán y cuál el candidato que encarnará la mejor opción? Por ahora me parece dos las posturas más nítidas: Lavin planteando que el tema es la división entre los chilenos y que él logrará la unión del país.  En el otro extremo, Jadue y el Partido Comunista, plantean que el tema central es terminar con el Modelo Económico Neoliberal, y que él lo conseguirá mejor.

               Por mi parte, pienso que el contexto de inquietudes ciudadanas está todavía muy abierto, y existen demasiadas cosas muy inciertas como para adivinar. Hacia octubre-noviembre la pandemia puede estar disparada y la angustia económica al máximo para muchos.  Entonces puede irrumpir con fuerza una Pamela Jiles ofreciendo dos retiros del 20% como solución. O un Sichel con su pizarra mostrando cómo un Fonasa 2.0 y la Isapre Popular ofrecen servicios de salud sustancialente mejorados.

        Creo que la estrategia más conveniente hoy es sembrar varias disyuntivas, escuchar mucho a la gente y mantenerse abierto. En cuatro o cinco meses más (para las primarias de julio), observando los brotes surgidos de esa siembra y las condiciones atmosféricas, habría que hacer una poda y primera cosecha parcial. A partir de entonces comenzarán de verdad las semifinales

 

El ejemplo de vacunación chilensis

Ernesto Tironi B.   11-2-21

                Me pregunto, ¿sería posible aplicar  a otras áreas de nuestra sociedad la estrategia, organización y comportamiento social y personal tan responsable que se está usando en la vacunación por Covid? ¿Qué hace que esto lo estemos abordando tan bien técnicamente,  unidos entre todos, con cooperación y mucho menos críticas y descalificaciones mutuas?

                No soy tan ingenuo para pensar que podríamos utilizar una organización tipo “Vacunación Covid”  para redactar una nueva constitución o corregir los descontentos expresados después del Estallido.   No; éstos son procesos distintos. Pero, ¿en qué son tan diferentes?  ¿No habrá algunos componentes importantes de la experiencia de la vacunación que sirvan para abordar otros problemas que también nos afectan a todos los chilenos?  Creo que la experiencia vacunación tiene parecidos a la Teletón: une al país en torno a un propósito concreto y común.  ¿No señalará esto algunas pistas hacia un estilo de hacer las cosas en el gobierno y la sociedad que se puede replicar, mutatis mutandis, en otras áreas?

                Me disculparán los más pragmáticos y los economistas, pero estos tiempos de pandemias y estallidos pueden ser oportunidades para dejarse soñar e innovar.  Aquí va mi volada: pienso que hay algunos problemas o necesidades específicas  de grupos grandes de nuestros conciudadanos que podrían abordarse con una organización tipo “Vacunación Covid2021”.  Son situaciones específicas que pueden verse como enfermedades de nuestra sociedad que pueden arreglarse con campañas masivas acotadas y en plazos de meses o máximo un par de años,  para mantener así el foco y el vuelo (o momentum). Tres ejemplos:        1) Abordar la falta de áreas verdes o plazas cercanas a los hogares en las poblaciones de grandes ciudades, especialmente aquellas tomadas por el narcotráfico y la inseguridad por sitios eriazos y poca iluminación pública. Esto afecta a varios millones de compatriotas.            2) El gran número de casas rurales o pueblos chicos sin vidrios en las ventanas a pesar de los fríos nocturnos   en todo el país.  3) la falta de pavimentos en calles principales de pueblos del norte y el sur que llenan de polvo las casas en verano, y de barro en el invierno, con el paso de camiones madereros y otros vehículos; lo mismo con la falta de veredas.

                  Para corregir deficiencias agudas como esas, bien podrían diseñarse campañas parecidas a la realizada pàra la vacunación. Es decir,  que un organismo especializado del Estado, bien coordinado con otros de su sector y también con el aporte privado, organice el trabajo a realizar para una reducción drástica de la insuficiencia señalada.  Organizarlo tipo “Campaña de vacunación Covid”: planificar,  precisar los lugares donde se va a intervenir, calcular lo que se necesitará, determinar los encargados de las construcciones, comprar los materiales por adelantado, hacer  la coordinación con las municipalidades y finalmente poner fechas y realizar la obras convenidas en cada lugar.  Estos son sólo ejemplos, y puede haber otros mucho mejores.

                A lo que apunto con esta reflexión no es intentar empujar una idea genial que sirva para resolver alguno o gran parte de nuestros mayores problemas económicos o sociales.  Lo que busco es que no perdamos la oportunidad de valorar  lo bueno que somos capaces de hacer algunas veces. Y además pensar donde más podríamos usar esas capacidades propias exitosas.  Para eso  sugiero detenernos a observar qué hicimos bien y cómo lo hicimos para que resultara exitoso. En otras palabras, tomar consciencia de las capacidades propias que ya tenemos. Como la planificación oportuna y no la improvisación;  el tener recursos ahorrados para comprar los materiales que se necesitan;  el tener organismos públicos que funcionan (el de salud en el caso de la vacuna);  organismos municipales que hacen lo mismo, y la capacidad de coordinación entre entidades diferentes, incluyendo las empresas privadas  de servicios asociados tan importantes como el transporte de insumos y personal hasta los lugares más apartados del país.  Todo esto supone relaciones de confianza que fuimos capaces de construir, mantener u utilizar oportunamente.  Y esto es producto de una tradición cultural y de años y décadas de pasos históricos graduales dados uno después de otro.  ¿Se imaginan qué habríamos logrado si para hacer lo que se logró con la vacunación hubiera sido necesario empezar por un Proyecto de Ley que el Presidente  habría tenido que presentar al Congreso? Probablemente hoy todavía estarían los parlamentarios discutiendo en una Comisión de la Cámara a dónde  comprar  la vacuna.

                En los tiempos  que vivimos de reformas constitucionales y elecciones presidenciales muy abiertas y anticipadas, creo que puede ser importante que los candidatos tomen nota de la experiencia de esta vacunación.  Puede ser que la gente espere hoy  un nuevo estilo de gobierno que muestre características como las que hemos resaltado:  más orientado a soluciones específicas de algunos problemas sociales antes  que a reformas de estructuras o refundación del sistema completo; más pragmático que ideológico, más práctico que teórico. Puede ser valioso para los candidatos considerar con seriedad y atención esta  experiencia cuando diseñen sus programas de gobierno.  Chile lleva 16 años alternando sólo dos estilos tradicionales  y predecibles de gobierno que hoy parecen agotados.  La situación en la que estamos tal vez abre la oportunidad de probar un estilo nuevo que nos permita trabajar más unidos y con mejores resultados.