Desarrollo y Emprendimiento

Por qué este blog? Porque he dedicado mi vida profesional a aportar al desarrollo económico de Chile estudiando qué medidas ayudarían más al crecimiento y la equidad, y publicando lo que he ido descubriendo. Ahora quiero aprovechar esta tecnología para ampliar el diálogo con otros sobre este tema.

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Nombre: Ernesto Tironi
Ubicación: Las Condes, Santiago, Chile

Economista, empresario y educador (1947). Profesor Ingeniería Industrial Universidad de Chile, Asesor y Director de Empresas y de Sociedades del sector Educacional. Ex embajador ante Naciones Unidas y Gerente General de CORFO.

lunes, septiembre 19, 2022

Condiciones para una convergencia

Condiciones para una convergencia

Ernesto Tironi B.

Economista 13-7-2

 

            A partir del 5 de septiembre,  ¿habrían condiciones como para esperar que empiece una convergencia de posiciones entre partidarios del Apruebo y el Rechazo como para generar una nueva Constitución que vuelva a unir más al país,  que pase a ser la “casa de todos”? Concretamente, para llegar en un plazo razonable (7 a 10 meses) a plebiscitar una constitución que reciba más del 75% de Apruebo, como fue el caso de la última de Francia (83% en 1958, con 85% de participación electoral) o España (con 88% y 59% de participación electoral en 1978). ¿Por qué no?

 

            Hoy no parece que estén a la vista esas condiciones. Pero, ¿no podríamos empezar a generarlas? ¿Cómo? ¿De qué depende?

            

            Creo que sí puede soñarse con construir esas condiciones. Pero hay que plantearse la pregunta, buscar respuestas posibles, escoger un camino y empezar a recorrerlo AHORA. No podemos esperar tener los resultados el 4 en la noche para iniciar esa tarea; tenemos que comenzar hoy.  

 

            Las posibilidades de diálogo entre las partes opuestas del Apruebo y Rechazo después del 5 dependerán no sólo de QUIÉN gane sino de  CÓMO gane. No sólo de la diferencia de votos, sino de cómo haya sido la campaña. De que cada bando tenga un respeto mínimo por el contrario. De que el ganador tenga respeto por el perdedor. Que éste último considere que quien ha ganado obtuvo su triunfo legítimamente y no con abusos, mentiras o trampas. De cosas como esas dependerá que tengamos una Constitución que nos empiece a unir. Y de que alcance un elevado porcentaje de Apruebo. ¿Cómo se consigue eso?

 

            El Maestro budista zen Thich Nhat Hahn, nominado por Luther King para el Nobel de la Paz por su participación en búsqueda del fin de la guerra en Vietnam, muerto recién a inicios de este año, distingue cuatro condiciones para el encuentro entre bandos opuestos (en su libro “El arte de comunicarse”, Harper, 2013).

 

            Uno, digamos siempre la verdad. No basta no decir una mentira. No repitamos algo que sospechemos que puede ser falso. Corrijamos en cuanto sepamos que hemos afirmado algo erróneo. Recordemos que lo que creemos verdadero podría estar equivocado; es sólo lo que nosotros percibimos y entendemos. Mentir es peligroso y dañino, porque el contrario o terceros pueden descubrirlo. Y eso destruirá instantáneamente la credibilidad y la confianza en quien mintió u ocultó algo. Esa destrucción de la confianza pondrá termino a las posibilidades de relación y de  entenderse con el otro.

 

            Dos, no exageremos. Refrenémonos de participar en el circo romano que buscan crear los periodistas y muchos participantes en las redes sociales – Twitter, etc. - de inventar y magnificar polémicas y conflictos, idealmente de carácter personal. No caigamos en el juego de “sacar palabras”: “que él dijo X, ¿qué le responde Ud?”. Eso es alimentar confrontaciones, enojos, rivalidades y el “negocio de los periodistas”; no el camino para resolver los problemas del país, alcanzando los acuerdos necesarios para avanzar. 

 

            Tres, seamos consistentes. No tengamos un doble discurso, diciendo algo distinto a unos que a otros. Normalmente lo hacemos por miedo, o para obtener alguna ventaja. No caigamos en eso que daña las relaciones y nos debilita tanto.

 

            Cuatro, refrenémonos de hablar usando términos, expresiones que violentan al opuesto, lo descalifica personalmente, le acusa, humilla o condena. Evitemos el exceso de adjetivos y juicios, especialmente los de carácter personal.

 

            ¿Nos parece completamente iluso o imposible todo lo antes señalado? ¿Hay que ser monje budista para eso? No necesariamente, creo. Nosotros somos capaces de distinguir chilenos activos en la vida pública reciente que se acercan bastante a cumplir esas condiciones. Y otros que están muy lejos de hacerlo. Creo que están cerca personas como Squella a favor del Apruebo y Warnken por el Rechazo. Si ellos pueden tener conductas cercanas a esos criterios, ¿por qué no podríamos esperarlas de otros, distinguirlos y darles nuestra preferencia y atención?

 

            Quién  sea el o la jefe de campaña del Apruebo y del Rechazo puede ser muy importante en el carácter de ella y las posibilidades de converger después del 4/9. Por ejemplo, considero que si fueran los voceros principales del Apruebo y Rechazo se haría mucho más posible tener una campaña limpia, sin más heridos en el camino.

 

            Para lograr una pacificación de Chile, reducir la polarización, retomar un camino de más justicia y progreso necesitamos primero que nada creer que es posible avanzar hacia eso. Y recordar qué necesitamos hacer nosotros para lograrlo. No lo que debería hacer el otro, sino nosotros. El camino empieza ahora.