Desarrollo y Emprendimiento

Por qué este blog? Porque he dedicado mi vida profesional a aportar al desarrollo económico de Chile estudiando qué medidas ayudarían más al crecimiento y la equidad, y publicando lo que he ido descubriendo. Ahora quiero aprovechar esta tecnología para ampliar el diálogo con otros sobre este tema.

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Nombre: Ernesto Tironi
Ubicación: Las Condes, Santiago, Chile

Economista, empresario y educador (1947). Profesor Ingeniería Industrial Universidad de Chile, Asesor y Director de Empresas y de Sociedades del sector Educacional. Ex embajador ante Naciones Unidas y Gerente General de CORFO.

jueves, agosto 31, 2006

Educación Municipal v/s Particular Subvencionada:El conflicto macroeconómico que viene.

Junto con evidenciar el malestar estudiantil, las manifestaciones de los escolares en mayo pasado, revelaron la incomodidad de los alcaldes con el rol que les asigna el actual sistema de educación municipal. Sus problemas son tan graves como desconocidos. Primero: Los ediles están siendo acusados de la mala calidad de la educación en sus establecimientos, cuando la verdad es que prácticamente carecen de medios y de atribuciones para hacerlo mejor. Segundo: Un agudo déficit económico les obliga a gastar en educación recursos que quisieran destinar a otras carencias comunales urgentes como delincuencia, salud, drogadicción y otros.

Lo paradójico es que muchos alcaldes culpan de esa situación a los colegios particulares subvencionados (CPS). Y, mirado desde el punto de vista de ellos, tienen razón. Los motivos son los siguientes:

Los municipios están incurriendo en un costo creciente por concepto de educación, aumento ligado al envejecimiento del cuerpo de profesores municipales a quienes -por la Ley del Estatuto Docente- se les debe subir obligatoriamente el sueldo cada dos años (los famosos bienios), independientemente de lo bien o mal que hagan su trabajo. Pero, además de este incremento automático y forzoso de costos, los colegios municipales están percibiendo menores ingresos. La causa, según los alcaldes, es que los colegios particulares subvencionados “les están quitando alumnos”. Algunos incluso hablan de competencia desleal porque los particulares subvencionados: 1) No enfrentan tamaño incremento en los costos del profesorado. 2) Pueden recibir ingresos adicionales por la vía del financiamiento compartido (la mensualidad que en algunos casos pagan los apoderados/as). Y 3) Seleccionan a los mejores alumnos dejando a los colegios municipales con los estudiantes peores y más pobres. Esto último explicaría la obtención de mejores puntajes en las pruebas SIMCE por parte de los colegios particulares subvencionados y reforzaría la migración de alumnos hacia esta clase de establecimientos.

El diagnóstico del problema económico primario de los alcaldes es correcto: un déficit financiero creciente y de doble origen, baja de ingresos y aumento de costos. Los colegios municipales tienen costos fijos crecientes (número de profesores y sueldos) e ingresos decrecientes (por menos alumnos). Las cifras son astronómicas. Se habla de gastos municipales entre U$ 170 y U$ 220 millones el 2006. Insostenible. Por eso las manifestaciones de los alcaldes; se juegan su futuro. Pero las causas no son las que ellos creen. La “culpa” no es de los colegios particulares subvencionados sino de la demografía. Por eso las soluciones que han propuesto no son adecuadas.

La pérdida de alumnos, específicamente en educación básica, de los colegios municipales no se produce por la mera “selección de alumnos” o el afán de lucro de los CPS, sino principalmente por un factor demográfico. Al bajar tanto la tasa de natalidad en Chile últimamente, ha disminuido nuestra población escolar en educación básica. El quiebre comenzó el 2002. El 2005 el total de escolares creció sólo 0,4 %, comparado con 2,3 % anual entre el 95 y el 2000; la sexta parte de hace solamente 5 años. Sólo crece la matrícula de enseñanza media: 5 % anual el último quinquenio (200.000 alumnos adicionales). Pero la matrícula para la enseñanza básica ha disminuido 1 % anual (128.000 alumnos menos en el último quinquenio).

O sea, se necesitan como 300 ó 400 colegios básicos menos que hace 5 años. Además, 30,000 estudiantes menos en colegios municipales al año implica $11,000 millones de menores ingresos anuales a las municipalidades (U$20 millones). El déficit es más agudo en comunas rurales y urbanas antiguas con población de mayor edad, como Conchalí, Recoleta y, crecientemente, Santiago Centro, que hoy importa alumnos de comunas periféricas. Una de ellas está perdiendo casi 2 alumnos por curso cada año. Y “la culpa” es
de que las familias tienen menos niños en Chile.

Obviamente este fenómeno también afecta a los colegios particulares subvencionados. Un ejemplo: la prestigiosa Sociedad de Instrucción Primaria (las Escuelas Matte), tiene 800 vacantes sin llenar el 2006. O sea que no sólo los colegios municipales se están quedando sin alumnos… Para enfrentar este problema necesitaríamos un Ministerio de Educación más eficiente (que debiera haber anticipado este problema hace tiempo) que procure mayor flexibilidad para cerrar y fusionar colegios.

Pero además:
1.- No sólo los colegios municipales enfrentan costos crecientes por los sueldos de profesores. Los particulares subvencionados también deben ir otorgando bienios y otras alzas salariales porque de lo contrario se quedarían sin profesores. Además está el costo de la indemnización por años de servicio que se eleva sobre 8% anual el sueldo de cada profesor.

2- Los colegios particulares subvencionados no “le quitan” alumnos a los municipales porque cobran a los apoderados. Al contrario. Los apoderados los prefieren a pesar que deben pagar. ¿Por qué? Porque quieren un ambiente más sano y seguro para sus hijos: menos drogas, más disciplina, menos desorden. Si los colegios municipales se sienten “discriminados” por esto, tienen razón. Deben igualarse las condiciones de ambos tipos de colegio. Cambiar la LOCE para que algunos colegios municipales también puedan cobrar una mensualidad. Pero no por eso se debe restringir el derecho de los padres a poner sus hijos(as) en colegios particulares subvencionados.

3.- Que los mejores resultados de los colegios particulares subvencionados se explica porque seleccionan a sus alumnos, es una exageración y resulta inconsistente: Primero, el fenómeno está sobredimensionado. Los CPS no seleccionan más que los colegios municipales de alta demanda como el Instituto Nacional o el Carmela Carvajal. La mayoría de los CPS tienen déficit de demanda, por lo tanto aceptan alumnos despedidos o repitentes de otros colegios porque así completan los cursos. Segundo: se dice que los CPS seleccionan para subir su promedio SIMCE. Pero eso es contradictorio con la evidencia de que los apoderados no eligen colegio por resultado SIMCE.


En resumen:
- Los alcaldes y directores de corporaciones municipales enfrentan un problema real que es su déficit de alumnos y de financiamiento.
- Los culpables no son los colegios particulares subvencionados, como creen alcaldes y corporaciones municipales.
- La solución del problema requiere mayor flexibilidad de las municipalidades para gestionar sus colegios, cerrar aquellos sin suficientes alumnos, cambiar directores y profesores, ofrecer jubilaciones anticipadas o atractivas, etc.
- Desde el punto de vista del interés del país, para mejorar la educación lo clave no es dar recursos adicionales especiales exclusivos para los municipales en vista de sus déficit, sino establecer igualdad de condiciones entre municipales y particulares subvencionados. Esto tiene que ver con políticas óptimas para la maximización de cierto objetivo (en este caso, la calidad de educación), lo que sería tema de otro artículo.

Es un inmenso desafío político-educativo lograr adoptar las medidas adecuadas para resolver este problema, porque es análogo a comprender que el sistema de libre comercio mejora el bienestar de un país y conduce a su desarrollo económico. Yo mismo no acepté cabalmente esto hasta unos 10 años después de haber egresado de la neoliberal Escuela de Economía de la Católica. El saber convencional es más fuerte: Si una empresa de calzado cierra porque llegan zapatos más baratos de China ¿cómo podría ser mejor para Chile reducir los aranceles para que puedan competir de igual a igual la fábrica chilena con la china? Sin embargo es así. Lo ha demostrado Chile con su modelo económico los últimos 30 años, igual que Corea, Singapur y ahora, China.

El debate que vendrá inevitablemente en los próximos años tendrá que ver con este tema. Por eso es tan crucial y apasionante. Veremos si tendremos la inteligencia, la sabiduría y la valentía de tomar las decisiones correctas para llegar a ser un país desarrollado durante nuestra generación, que es mi sueño y el de tantos chilenos.
Publicado en El Mercurio, Domingo 27, agosto, 2006

martes, agosto 29, 2006

Ley de Subvención Diferenciada: Correcciones Indispensable

Entre las medidas que ha tomado el actual gobierno en educación está poner urgencia al Proyecto de Ley en el Parlamento que introduce la “Subvención Escolar Preferencial”. Propone entregar entre $ 9.000 y $ 18.000 mensuales adicionales por alumno para las escuelas que atienden a los 400.000 niños y niñas más pobres del país. Costaría entre 80 y 150 millones de dólares anuales de mayor gasto fiscal. Aparentemente está muy bien, pero su actual redacción contiene errores importantes. Necesitan corregirse.

Las cuestiones centrales son dos: (1) si entregar la subvención al alumno pobre o al colegio que es pobre. Y (2) si los recursos deben entregarse “a cambio de algo”, o sea de cierto compromiso de mejoramiento educativo de cada colegio, ¿a cambio de qué compromiso exactamente? No da lo mismo elegir una u otra opción. El problema es que el Gobierno ha optado por el camino equivocado de mezclar mal ambas cuestiones: condiciones y subvención adicional. Así, aunque en apariencia da la subvención al alumno, en la práctica termina por dar la subvención al colegio. La razón es que establece importantes condiciones, controles e intervenciones a los colegios que deseen recibir alumnos pobres con subvención preferencial e incluso a quienes no lo hagan .

Este proyecto mezcla entonces, sin razón, dos objetivos distintos: 1) financiar el mayor costo de la educación de alumnos pobres o vulnerables, y 2) poner condiciones mínimas a los colegios como manera de elevar la calidad de la educación por la vía de intervenir (¿y eventualmente cerrar?) aquellos establecimientos de desempeño insuficiente. Cada uno de estos objetivos es valioso en sí, pero tienen una política específica distinta que es óptima para alcanzar cada uno. Mezclar las cosas revela ignorancia sobre diseño de Políticas Óptimas u otros objetivos ocultos como puede ser conseguir más poder estatal para regular o intervenir ciertos colegios, probablemente los particulares subvencionados. En buen chileno, no se pueden matar dos pájaros de un tiro.

Existe un debate legítimo sobre la ausencia de condiciones mínimas suficientes para establecer o mantener Colegios Particulares Subvencionados (CPS). Para ese objetivo deben establecerse umbrales objetivos, como un promedio mínimo en SIMCE, ajustado al nivel socioeconómico de los alumnos. Pero eso no tiene porqué condicionarse a recibir subvención adicional para alumnos pobres. En otras palabras debería establecerse para todo colegio municipal o particular subvencionado, tenga o no alumnos pobres. Por otra parte, con esa política, un colegio con malos resultados podría continuar operando si evita matricular alumnos pobres. ¿Tiene sentido eso?

En cuanto a la política óptima para mejorar la educación de los alumnos pobres y así ayudarles realmente a salir de su situación (objetivos de elevar calidad y equidad), lo adecuado es una subvención mayor para cubrir el verdadero costo de enseñarles. Un alumno pobre necesita ayuda adicional para sus tareas, quedarse en el colegio a hacerlas, apoyo psicopedagógico, etc. Esos gastos adicionales necesita financiarlos el Estado porque las familias no pueden. Y debe ser una subvención adicional por alumno pobre.

Las principales desventajas de entregar esta subvención adicional a colegios (en vez de a alumnos pobres) son cuatro:
1.- Es más difícil de administrar: Habría que definir como “pobre” el establecimiento que tiene más de x % de alumnos pobres o “con mayor nivel de vulnerabilidad”. Pero con esa definición se dejará de beneficiar a muchos niños pobres que van o podrían ir a colegios no pobres.
2.- Es probable que la subvención entregada a la escuela definida como pobre termine reemplazando otros aportes municipales, mensualidades de los padres, donaciones u otros. Al final los alumnos no contarán con más medios ni educación mejor.
3.- Gracias a ese aporte podrán subsistir escuelas pobres que sería mejor cerrar. En sectores rurales más conviene reemplazar escuelas por buses escolares para llevar los niños a la escuela del pueblo cercano. Los niños tendrían mejor educación y le saldría más barato al país cerrar esas escuelas chicas y malas. Finalmente,
4.- La subvención adicional a las escuelas puede destinarse a elevar sueldos de profesores y a otros gastos que no necesariamente mejorarán la calidad educativa. Eso ya ha sucedido antes (Proyecto Montegrande). Algunos dirán que puede evitarse con controles del Ministerio, pero lo dudo.

La subvención entregada directamente a los alumnos pobres sería más efectiva para mejorar el aprendizaje. No tiene ninguna de las desventajas de la subvención al colegio pobre y además tiene las siguientes ventajas:
1) Favorece la integración de niños pobres a colegios con alumnos no pobres.
2) Los colegios con más medios se esforzarán por atraer como alumnos a niños/as pobres porque “traerán su marraqueta”: ingreso adicional para el colegio.
3) Reduce la segregación. Los niños pobres accederán a colegios de mayor calidad y mejores resultados SIMCE, sin quedar limitados a ir a los colegios de sus barrios pobres.
4) Al acceder a colegios con más medios, éstos deberán crear programas especiales de reforzamiento pedagógico para retener a los niños pobres.
5) Aumenta el número de colegios no-pobres dispuestos a matricular alumnos pobres.

La subvención al alumno pobre también podría tener desventajas: Algunos colegios podrían a atraer alumnos en base a propaganda falsa y no darles mejor educación. Aparentemente por esto el Ministerio habría optado por la subvención adicional a condición que la escuela pobre firme un exigente “Convenio de Igualdad de Oportunidades y Excelencia Educativa”.

Pero eso implicará condicionar la subvención al uso de insumos y no del resultado: la calidad del aprendizaje logrado por el alumno. Este se mide por la SIMCE. Lo primero significa sólo más burocracia e inspectores, y no mejor educación. De nuevo el intento de dirigir las escuelas desde la cúpula del Estado. Éste debería aplicar la máxima del Director de un colegio pobre pero de alto desempeño, que dice a sus profesores: “a mi no me importa cómo Ud enseñe, lo que me importa es que los alumnos aprendan”. ¿Por qué mejor no concentrarse en los alumnos y en sus resultados educativos? ¿Por qué no dar más responsabilidad a los apoderados, informándolos bien? En vez de focalizarse en escuelas, convenios, reglamentos y controles, sería mejor que la única condición sea que, a cambio de la subvención adicional, el alumno beneficiado debe superar un cierto puntaje en la prueba SIMCE. Además que el Ministerio informe de ese puntaje por carta a cada alumno, apoderado y colegio. Y que el Ministerio les dé plazo de 3 o 4 años al colegio para superar el mínimo necesario a los alumnos deficitarios. Si al cabo no supera ese nivel, simplemente el alumno pierde su Subsidio Preferencial en ESE colegio donde estaba. Se le debe informar al padre que retendrá la subvención adicional si lleva al niño a otro colegio donde aprenda más. Con esa política centrada en los alumnos, en la responsabilidad de los padres y madres y con un Estado que disemina información y aporta recursos contra resultados de los propios alumnos, efectivamente podremos obtener mejor educación para los chilenos más pobres.