Desarrollo y Emprendimiento

Por qué este blog? Porque he dedicado mi vida profesional a aportar al desarrollo económico de Chile estudiando qué medidas ayudarían más al crecimiento y la equidad, y publicando lo que he ido descubriendo. Ahora quiero aprovechar esta tecnología para ampliar el diálogo con otros sobre este tema.

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Nombre: Ernesto Tironi
Ubicación: Las Condes, Santiago, Chile

Economista, empresario y educador (1947). Profesor Ingeniería Industrial Universidad de Chile, Asesor y Director de Empresas y de Sociedades del sector Educacional. Ex embajador ante Naciones Unidas y Gerente General de CORFO.

domingo, septiembre 12, 2021

 

Regreso a clases: La oportunidad de los profesores

Ernesto Tironi Barrios.  22-2-21

                Entre las personas más afectadas por la pandemia están los niños y sus familias, especialmente las de más bajos ingresos, con casas pequeñas, hacinamiento y barrios inseguros. Están afectadas en diversos  sentidos y muy graves, como el abandono de ellos, la imposibilidad de salir a trabajar de los padres que deben cuidarlos, por la poca y mala alimentación, las tensiones y peleas en los hogares, violencia, los miedos, stress, abusos sexuales y otros. Hay mucho en juego y para muchas personas en este dilema de si retornar o no a clases presenciales en el actual estado de la pandemia en Chile.

                Por respeto a esas personas creo que no deberíamos permitir que el tema se transforme de nuevo en otra confrontación político-ideológica conducida por algunos partidos o sus organizaciones. Sería mucho que repitiéramos las torpezas hechas por el Estado en la última década en el sector educacional por dejarnos conducir por ese enfoque: el usar para fines político-electorales las preocupaciones que tiene la gente con la educación de sus hijos.  Que eso no vuelva a ocurrir dependerá de todos nosotros, pero por sobre todo de los profesores y profesoras de Chile.

                No volvamos a caer en la trivialización de problemas humanos tan complejos como es el de cómo educar a nuestros hijos, hijas y nietos en estos tiempos, reduciéndolo a otra batalla política sobre qué grupo le gana o no al otro, al gobierno, o quién tiene más razón o apoyo en las encuestas. Voy más lejos: Sugiero considerar que la revolución práctica, operativa y familiar (no política) que implicó la pandemia en la forma de educar a todos los niveles y en todo el mundo durante 2019,  ofrece la posibilidad de que la educación escolar vuelva a su esencia: la formación humana plena de niños y niñas, superando la mera domesticación para la obediencia, la instrucción, el puntaje Simce o el entrenamiento en tests para ingresar a la universidad.  Además postulo que la posibilidad de hacer realidad este sueño de tantos por tanto tiempo la tienen principalmente los profesores y profesoras. Ellos la llevan. Este momento es tanto una gran oportunidad para ellos de reivindicar su rol, tan postergado en las reformas necesarias en la educación, como asimismo es una responsabilidad que no se materializará sin el protagonismo, acción y liderazgo de ellos. Me explico.

                Los profesores chilenos (como creo que casi en todo el mundo) han vivido por muchos años con una muy profunda y explicable frustración de sentir que han perdido su ascendiente y autoridad sobre sus estudiantes y apoderados. Estos últimos suelen ser prepotentes con los profesores de sus hijas. Les reclaman que no hacen que ellas aprendan y se porten bien. Le echan la culpa a sus colegios y profesoras por les insolencias de los hijos. Los profesores y profesoras, por su parte, ven imposible enseñarle a jóvenes indisciplinados, rebeldes, mal educados, groseros, violentos, etc., defectos todos que ellos atribuyen a los padres o a la ausencia de éstos para disciplinar a los hijos.  Hay una división y gran rivalidad entre lo que piensan y dicen apoderados y educadores (más de esto en mi libro, “Transformar escuelas”, Fundación Master7, 2017). En ese entorno el estudiante pasa por encima de ambos. Y hace sufrir a ambos. Pero tampoco eso lo hace feliz a él, como a veces cree. Se siente sólo, confundido, no tiene personas a quienes admirar e imitar de una manera que le haga sentido y le llene la vida. Al final, no le encuentra sentido ir al colegio: ¿para qué? ¿Qué hay para él o ella de valioso allí? Entonces busca una causa a la cual entregarse en la calle: en la droga, la delincuencia, las bandas, los portonazos y ahora último, los saqueos y la Plaza Baquedano.

                Paradojalmente, la pandemia ha puesto en evidencia la posibilidad de cerrar esa brecha entre docentes y apoderados para lograr alcanzar una educación de calidad con sentido. Y ha surgido gracias a la apertura y entrega generosa demostrada por la abrumadora mayoría de los docentes de Chile para trabajar, cuidar a sus alumnas y seguir enseñándoles a pesar de tener cerrados los colegio. Eso ha sido profundamente reconocido y valorado por los apoderados y toda la sociedad. Así lo demuestran las encuestas realizadas por casi todos los establecimientos a sus apoderados para organizar responsablemente la vuelta a clases presenciales. Ahora además ha surgido un amplio consenso en el rol que juegan los valores y la parte emocional en la educación. Es el momento que nuestros docentes nos muestren todo el valor positivo que tienen para que tengamos un país sano y feliz. Demostrémoslo desoyendo los cantos de sirena de politizar el retorno presencial a clases y volvamos, como Ulises, al sitial que a los profesores les corresponde en cada hogar y en una sociedad chilena unida y fraterna.