Desarrollo y Emprendimiento

Por qué este blog? Porque he dedicado mi vida profesional a aportar al desarrollo económico de Chile estudiando qué medidas ayudarían más al crecimiento y la equidad, y publicando lo que he ido descubriendo. Ahora quiero aprovechar esta tecnología para ampliar el diálogo con otros sobre este tema.

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Nombre: Ernesto Tironi
Ubicación: Las Condes, Santiago, Chile

Economista, empresario y educador (1947). Profesor Ingeniería Industrial Universidad de Chile, Asesor y Director de Empresas y de Sociedades del sector Educacional. Ex embajador ante Naciones Unidas y Gerente General de CORFO.

sábado, diciembre 16, 2017




LANZAMIENTO  DE  LIBRO “TRANSFORMAR ESCUELAS” 

PALABRAS  DEL AUTOR 

                                                                                                                                           Ernesto Tironi                   

MIE. 22  NOV.  2017

Quiero agradecer en primer lugar la presencia de cada uno de ustedes aquí hoy.

Lo interpreto  como una muestra de afecto que valoro mucho.  Y también  como expresión  del  gran  interés  e  inquietud  por este tema, tan crucial para nuestro país: la calidad de la educación que estamos entregando en nuestras escuelas y nuestra calidad de vida en ellas.  Postulo aquí que ambos temas están muy relacionados.

Agradezco también los comentarios de cada uno de los presentadores, Mariana Aylwin, Harald Beyer  y José Joaquin Brunner, hechos a pesar de sus ocupadas agendas de  esta última semana con la elección presidencial.

Celebro mucho cada una de sus observaciones críticas. Porque como digo por ahí en el libro,  lo que más busco con él no es presentar una nueva teoría sobre la educación.  Menos todavía una pan-acea  (palabra del griego pan= todo, y akos= remedio o terapia), o  sea,  no busco “un remedio que cura todos los males”.   Tampoco una fórmula  infalible. 

Busco sobre todo extender o generar una con-versación.  En el sentido que usa esta palabra Maturana: de la raíz VERSARE (de versátil) =  CAMBIAR  y CON  =  JUNTOS, cambiar juntos. ¿Cómo?  Conversando más entre nosotros de estos temas: de la gestión de escuelas.  Una conversación  abierta, franca, honesta y profunda.  No sólo de ideas, teorías o técnicas para mejorar la educación, sino de nuestras EXPERIENCIAS  en este trabajo. Lo que nos pasa, lo que nos resulta y No nos resulta, lo que nos duele, nos hace sufrir y lo que también nos alegra.  Como lo que me contó  la Directora del Colegio Santa Barbara este domingo, la Anita,  de  que había llegado a votar un ex -alumno que hoy era Constructor Civil recibido.  Su cara de alegría y orgullo al contarme,  era una inmensa retribución que se hacía a sí misma,   y a mí.

¿Por qué puede ser importante con-versar? Primero,  para que directores y directoras de escuelas  estén  menos sólas.  Para compartir dificultades y sueños. Para sentirse con menos  inseguridades y dudas  sobre sus complejas responsabilidades. Para apreciar que a más personas en esos cargos le ocurren cosas parecidas, y que algunos encuentran  maneras eficaces de abordar esas  dificultades.

Sabemos que en nuestros niños de hoy existe mucho sufrimiento. Eso a menudo ocurre porque sus padres sufren. No se entienden  entre sí. Tampoco  con sus hijos. Hay incomunicación, lejanía. Eso genera en ambos un vacío, frustración. Una soledad en los niños, que tratan de llenar viendo televisión, con  juegos violentos, con  bullying, chateando  y a veces después,  con pornografía y,  algunos, con drogas. 

Este sufrimiento y vacío en los jóvenes hace la enseñanza mucho más difícil hoy.

¡Uds saben  bien  esto!

Nosotros, directivos y profesores, también tenemos su cuota de sufrimiento.  Tratamos de hacerlo lo mejor posible, pero no siempre nos resulta.  Por los jefes o colegas  que a veces tenemos y por  el sistema en que estamos insertos, que a menudo nos juega en contra. Como profesores estamos lejos de sentirnos felices en nuestro trabajo. Entonces… ¿Cómo podemos esperar que los niños estén  felices y aprendan a ser felices?

“Los profesores felices cambiarán el mundo”, sostiene el Maestro Budista Thich Nhat Hanh, de quien he sacado parte de la inspiración de este libro.

Hay una dimensión espiritual – no necesariamente religiosa -  que requerimos para transformar las escuelas, porque - para esto - debemos también cambiar las personas que hoy somos y las que están a nuestro alrededor.  Nuestra misión como directivos y profesores no es sólo transmitir conocimientos, sino formar personas. Personas seguras de sí mismas, alegres y,  por qué no, felices.

Un primer paso para hacer bien eso puede ser  compartir más, conversar más, apoyarnos más unos a otros. Si no cambiamos nuestras prácticas laborales, las formas de trabajar juntos, de relacionarnos, de reunirnos, saludarnos, de enseñar y de escucharnos, ¿cómo vamos a cambiar los modos en que hacen eso nuestros estudiantes?

A estas cosas apunta este libro,  cómo parte de la tarea de transformar escuelas.

Es el inicio de un camino. No una conclusión,  ni cierre.

Resumo entonces con las tres palabras que  más  tengo en mi corazón hoy: primero, con-versemos más de nuestros esfuerzos, sueños y dificultades; démonos el tiempo, busquemos medios nuevos para esto. Cómo soy un hombre práctico - empresario al fin – tengo intención de crear un Grupo de WS de Directores y Directoras  lectores de este libro donde conversemos. Cuéntenme a la salida quienes se interesen.

Segundo, intercambiemos más experiencias y lo cotidiano de vivir nuestros esfuerzos por ser más efectivos y felices en nuestro trabajo.   No tanto hablar  de ideas, teorías, o  propuestas educacionales  macro económicas,  políticas,  o institucionales.

Y tercero,  agradezcamos y celebremos todo lo positivo que hemos avanzado como personas y como país en materia de educación y también en otras áreas.

                Termino agradeciendo  a algunos de los tantos que me ayudaron con este libro. A Marco Antonio Coloma, mi editor. A las directoras, profesores y mis socios en los dos colegios subvencionados en que participo. A todos nuestros colaboradores de la empresa de asesoría educacional y la Fundación Master7.  A su fundadora, Andrea con quien he compartido este sueño por mejorar escuelas. Y sobre todo a mi esposa, Alejandrina y mis hijas,  que me han acompañado en esta incursión  azarosa por el mundo de la educación.