Desarrollo y Emprendimiento

Por qué este blog? Porque he dedicado mi vida profesional a aportar al desarrollo económico de Chile estudiando qué medidas ayudarían más al crecimiento y la equidad, y publicando lo que he ido descubriendo. Ahora quiero aprovechar esta tecnología para ampliar el diálogo con otros sobre este tema.

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Nombre: Ernesto Tironi
Ubicación: Las Condes, Santiago, Chile

Economista, empresario y educador (1947). Profesor Ingeniería Industrial Universidad de Chile, Asesor y Director de Empresas y de Sociedades del sector Educacional. Ex embajador ante Naciones Unidas y Gerente General de CORFO.

domingo, septiembre 18, 2022

Votar por ninguno para apoyar al que gane

Votar por ninguno para apoyar al que gane

 

Ernesto Tironi B.    15.12.21

 

            Al encontrarme hace cuatro semanas obligado a escoger como Presidente de la República entre dos opciones que considero extremas,  decidí que no me iba a apresurar en decidir. Resolví mantenerme lo más abierto que pudiera ante las dos opciones, para poder apreciar así con ecuanimidad mis prejuicios, emociones contradictorias y fluctuantes en favor o contra uno u otro, y para darme la oportunidad de ver bien si los candidatos cambiaban. Me he mantenido observando a los dos contendores: qué hicieron, cómo han reaccionado ante diversas circunstancias, eventos y emplazamientos (incluso los mutuos).

 

            Me doy cuenta al final de este ejercicio que personalmente tenía una expectativa de la cual no estaba plenamente consciente. Soñaba que al menos uno de los dos candidatos intentara reducir la brecha que los divide como personas y como mundos que representan. Porque creo que el país necesita partes de lo que ambos proponen. Y alguno podría haberle ofrecido al otro avanzar también en algunos temas que el otro propone, y no sólo en lo que él mismo plantea. Fue una quimera. Después del último debate creo que se profundizó en vez de achicar esa zanja que divide a los candidatos y al país.

 

            Mi sueño, en apretado y parcial resumen, era orden con cambios o cambios económico-sociales con orden y paz. ¿Porqué no? No son propósitos intrínsecamente contradictorios. Tal vez no se pueden llevar a cabo en su totalidad como cada uno propone, pero sí en parte o en más tiempo. Por ejemplo, mejorar las pensiones y reformar sustantivamente el actual sistema manteniendo el ahorro privado pero reemplazando las AFPs por organizaciones que tengan más legitimidad o aceptación en  la población. También reducir la violencia, los asaltos y ataques, especialmente en ciertas regiones y poblaciones. Este era para mi el sentido de una opción de centro como la que encarnaba Sichel. Pero no lo hicimos suficientemente bien y no fue percibido como buena alternativa por una mayoría. Habrá que estudiar más por qué motivos.

 

            Pero después del último debate presidencial en televisión estimo que se profundizó la polarización política del último tiempo. Bajan las probabilidades de que las futuras altas autoridades políticas nacionales cooperen más entre sí en vez de competir tanto. Además, de hacerlo en forma tan excesiva, destructiva y personal.

 

            Considero que esta elección presidencial ha tenido más ataques personales entre candidatos que todas las últimas siete. Nunca había visto tanta agresividad mutua. Esto no sólo ha degradado al proceso y a los participantes. Daña también al funcionamiento de nuestro sistema de gobierno al dificultar y hasta imposibilitar las conversaciones que son indispensables entre las autoridades, estén ellas en el poder ejecutivo o el parlamento, en el oficialismo o la oposición.

 

            Algunos atribuyen estos comportamientos a las redes sociales. Creo que es algo más profundo. No eludamos la responsabilidad. Son personas quienes tienen esas conductas. Mantenemos además una cultura que valida demasiado ciertos sentimientos de superioridad moral, ideologías totalizantes y competencia excesiva sin límites éticos. Quienes aspiran a convertirse en las más altas autoridades del país deberían ser un ejemplo para todos de integridad, ponderación, respeto y humildad. Sin embargo, lo que vemos en estas campañas es lo contrario. ¿Qué entenderá un niño de 10 años viendo los debates en televisión sobre lo que requeriría hacer él para ser elegido Presidente?

 

            Parece que esta campaña presidencial 2021, en sí, no resultó la oportunidad para empezar a encontrar las soluciones urgentes, eficaces y compartidas que necesitamos, especialmente a partir de octubre del 2019. Cierro esta etapa sin sentirme persuadido lo suficiente para votar por ninguno de los dos candidatos. Pero no me dejaré perder las esperanzas. A fin de cuentas, puede nos ser tan importante quién gane, sino cómo se comporte cuando gane. Abro una nueva etapa: la de aprender a vivir en paz y sin quejarme del gobierno que encabece cualquiera de los dos que resulte elegido, y de apoyar con todo los esfuerzos que haga por reducir la polarización, dejar que resurja un centro político y volver a unirnos como chilenos.