Desarrollo y Emprendimiento

Por qué este blog? Porque he dedicado mi vida profesional a aportar al desarrollo económico de Chile estudiando qué medidas ayudarían más al crecimiento y la equidad, y publicando lo que he ido descubriendo. Ahora quiero aprovechar esta tecnología para ampliar el diálogo con otros sobre este tema.

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Nombre: Ernesto Tironi
Ubicación: Las Condes, Santiago, Chile

Economista, empresario y educador (1947). Profesor Ingeniería Industrial Universidad de Chile, Asesor y Director de Empresas y de Sociedades del sector Educacional. Ex embajador ante Naciones Unidas y Gerente General de CORFO.

viernes, mayo 17, 2013

Prohibir el lucro ¿mejora la educación escolar?*




Ernesto Tironi B.
18 dic. 2012

La invitación a esta conferencia dice que forma parte de un ciclo de “Diálogos académicos sobre los fines de la educación”. Basado en eso diré poco sobre el lucro y más sobre educación escolar, que es en lo que tengo más experiencia práctica.

No entiendo cual es la relación que los convocantes a este ciclo ven entre lucro y los fines de la educación. Agradecería una explicación fundada, porque hasta ahora no la he encontrado.

Lucro e hipocresía
Me parece sorprendente que personas dedicadas a la investigación sobre educación escolar, con todos los acuciantes desafíos que plantea, estén dedicadas a debatir tanto sobre el lucro. Esto sólo me parece comparable a lo que ocurrió con los debates sobre la usura en la Edad Media. En ese entonces se habría debatido mucho si prohibir o no la usura, y ¿mejoró la sociedad? ¿Qué quedó de todo eso para la posteridad? Ahora probablemente pasará lo mismo. La idea de mejorar la educación prohibiendo el lucro me parece tan absurda como mejorar la salud prohibiendo la obesidad. O como mejorar la política prohibiendo la lucha por el poder o la figuración pública de los dirigentes.

Dejémonos de hipocresía y hablemos de las cosas directamente. El tema del lucro tiene más que ver con motivaciones e intereses en un ámbito distinto del de la educación. Tiene que ver con el tema del poder político y obtener simpatías y adherentes. Prohibir el lucro en educación es fundamentalmente un slogan de campaña que se probó potente y efectivo para movilizar estudiantes a las calles. Como tal, el slogan ya logró un triunfo extraordinario. No tenemos para qué destinar mas tiempo a debatir eso.

Lo preocupante es que nos prestemos para que se instale en la opinión pública el convencimiento de que el lucro es la causa fundamental de los problemas de la educación en Chile. Seamos más serios y rigurosos.

Para hablar francamente y dejar afuera otras hipocresías, reconozcamos también que ha sido durante los Gobiernos de la Concertación cuando más se ha desarrollado la educación escolar particular subvencionada con fines de lucro. En concreto, fue en el periodo de Ricardo Lagos como Ministro de Educación cuando se estableció el financiamiento compartido de los apoderados, que hoy se critica además como segregador. Y en el 1993 quien firmó esa ley fue el ex pre-candidato de la izquierda y el PC a la presidencia 2009 Jorge Arrate. Personalmente los felicito por haber actuado así.

¿Y por qué ellos tomaron esa medida tan pro mercado que hoy escandaliza a algunos? ¿Fue por ignorancia o estarían distraídos? No; fue porque la llegada de la democracia permitió que la ciudadanía expresara su demanda por más educación, que en ese momento era por cobertura y no calidad. Al menos más salas de clases donde pudieran ir los que no tenían donde estudiar. Y el Estado no tenía el dinero para construir las escuelas y liceos necesarios. Por eso permitió que los particulares construyeran mas colegios mejorando el sistema de subvención.

Los profesores con más iniciativa se lanzaron a invertir. De allí viene la expansión que se observa desde 1990 en el número y la matrícula de colegios particulares subvencionados (CPS) con fines de lucro.

En ese tiempo se confió en los individuos, en la capacidad emprendedora de muchas chilenas y chilenos, para resolver el déficit de cobertura. Y se logró ese objetivo, trabajando juntos: Estado y privados. El problema que enfrentamos hoy en educación es semejante y aún más desafiante: resolver el déficit de calidad. Entonces me pregunto, ¿por qué no confiar también en que los particulares contribuirán a superar este déficit de calidad?

Slogans y argumentos
Pero así como el slogan del lucro ganó en la calle para movilizar estudiantes, está claro que perdió en las casas para movilizar apoderados. Las familias con hijos estudiando, con sus acciones más que con sus opiniones, siguen poniendo cada vez más a sus hijos en colegios particulares subvencionados, incluso aunque tengan que pagar algo adicional por ello. Por eso han elevado su matricula del 37% en 1990 a sobre 50% el 2012. La encuesta anual del CEP lo muestra más fehacientemente: 70% de los apoderados los prefieren el 2011, once puntos mas que hace solamente 8 años atrás.

¿Porqué ocurre esto en circunstancias que los académicos opuestos al lucro han publicado diversos estudios mostrando que los particulares subvencionados no entregan mejor calidad de educación ya que no sacan puntajes Simce más elevados cuando se corrige para medir estudiantes del mismo nivel socioeconómico?

Los apoderados han preferido y siguen prefiriendo los colegios particulares subvencionados porque lo hacen mejor en múltiples planos que a ellos les importa tanto como el Simce: calidad de profesores, orden y disciplina, desempeño de los directores, etc.

Podría entrar en el tradicional ejercicio académico y político de dar argumentos o razones con la intención de convencer al que piensa distinto. Me parece inútil e innecesario. Prefiero no entrar en eso. Sólo dos antecedentes breves.

Primero, que aunque los últimos resultados Simce (2010-2011) son similares entre colegios municipales y los particulares subvencionados, estos últimos han estado mejorando más en el sector socio económico bajo los últimos años. Entre 1999 y 2010 subieron 53 puntos comparados con 24 puntos de los municipales.

Segundo, hay evidencia de que los últimos años se reduce la segregación que generaría el traslado de alumnos a los colegios particulares subvencionados. Con la SEP esta menor segregación se ha acelerado y consolidado.

Podríamos hablar del financiamiento compartido y los menores costos de la educación en el sector partícular subvencionado que en el municipal. Pero, insisto, no quiero participar en este ejercicio académico obsoleto de buscar razones objetivas para convencer. Podríamos pasar horas, días y años en eso sin cambiar mucho la calidad de la educación de los pobres en la práctica, que es lo que a mi me interesa.

Razones y preferencias
En esta afirmación de que el problema de la educación escolar es el lucro, personalmente comparto la mirada de Humberto Maturana sobre todo ese tipo de apreciaciones aparentemente lógicas y racionales. En su libro “Emoción y Lenguaje en educación y política“, publicado en 1988 poco antes del plebiscito con que se recupera la democracia, dice textualmente lo siguiente:
“Quiero llamar la atención de ustedes sobre estas afirmaciones que se hacen en el supuesto implícito de que es absolutamente claro lo que uno dice, y quiero hacer esto por que estas afirmaciones hechas así, con tanta soltura, constituyen de hecho anteojeras, como las que llevan los caballos para que no se asusten con el transito de los vehículos que los adelantan(…)“ Todos los conceptos y afirmaciones sobre los que no hemos reflexionado, y aceptamos como si significasen algo simplemente porque parece que todo el mundo los entiende, son anteojeras”. (…)“Nosotros hablamos como si lo racional tuviese un fundamento trascendental que le da validez universal independiente de lo que nosotros hacemos como seres vivos. Eso no es así. Todo sistema racional se funda en premisas fundamentales aceptadas a priori, aceptadas por que si, aceptadas por que a uno le gustan, aceptadas por que uno las acepta simplemente desde sus preferencias. Y eso es así en cualquier dominio, ya sea el de las matemáticas, física, el de la química el de la economía, el de la filosofía, o el de la literatura” (y yo agrego, de la educación).

“Las premisas fundamentales de una ideología o de una religión se aceptan a priori y, por tanto, no tienen fundamento racional”. “Lo humano se constituye en el entrelazamiento de lo emocional con lo racional. Lo racional se constituye en las coherencias operacionales de los sistemas argumentativos que construimos en el lenguaje para defender o justificar nuestras acciones.” (Fin de cita, p.14 a 18)

¿Qué acciones defienden o justifican las personas que arman sistemas argumentativos que apelan al lucro para descalificar la educación particular subvencionada?


El tema de fondo
Estimo que las acciones que buscan defender es que el Estado controle más la educación. Que ellos, vía organismos del Estado administren y determinen qué se enseña y cómo se gestionan las organizaciones (escuelas) que enseñan. Buscan que haya muy pocas o ninguna escuela privada; que no haya elección entre ofertas diversas por parte de los estudiantes o sus apoderados y que no haya ofertas distintas de las que entrega un solo proveedor de la educación, que sería el Estado. Por que si esto surgiera, habría algo de mercado, y quienes argumentan del lucro opinan que no debe dejarse existir en educación escolar.
Algún oponente al lucro podrá decir: “No! No es eso lo que decimos. Puede haber algunos establecimientos privados como proveedores de educación en el sistema pero sin fines de lucro.¨ Pero ¿quien decide cuáles fines son lucro, o son aceptables y cuántos proveedores no estatales pueden ofrecer educación? El Estado, será la respuesta inevitable. ¿Y quién es el Estado? Los dirigentes de partidos políticos, funcionarios y parlamentarios. Ellos quieren determinar, por ejemplo, que se debe reservar cierto numero de matrículas para colegios municipales. Así se resta libertad de escoger a los individuos, a los particulares, a los padres de familia ¿Por qué? ¿Es que ellos, los políticos y sus asesores saben mejor que los padres y ciudadanos lo que es bueno para sus hijos e hijas?

Este sería, a mi juicio, el tema de fondo. Es uno de preferencias, de premisas emocionales, como diría Maturana. Poco que ver con calidad de educación, al margen de lo que se diga o se oculte sobre el tema.

Personalmente quiero ser explícito. Considero que tanto en sistemas donde predomina el Estado como en los que predomina el Mercado pueden existir abusadores, personas corruptas, que saquen provechos indebidos y excesivos. Pero eso no es razón suficiente para renunciar a hacer uso del Estado ni del mercado en esos ámbitos. Lo que necesitamos hacer, es diseñar los sistemas para minizar esos peligros, abusos o rasgos negativos. No quiero vivir en un país donde el control de materias tan importantes como la educación esté sometida a un solo proveedor y dictador de normas que es el Estado.

También considero que así como no todo lo que hace el Estado es malo, tampoco todo lo que hace es a favor de los más postergados socialmente. Ni tampoco que para superar la situación de éstos la mejor forma de actuar sea siempre a través de la acción directa del Estado. Considero asimismo que el mercado en campos no tradicionales, como la educación (y varios otros, como la salud), podrían usarse provechosamente para mejorar la distribución del ingreso y la situación social de los grupos más postergados.

A estas preferencias y conclusiones he llegado por mi experiencia personal. Por casi 20 años estudié y trabajé buscando cómo generar más desarrollo y equidad en Chile, pensando que sólo podía lograrse a través del Estado. Después, por 5 años trabajé en el Estado, intentando llevar a la práctica lo que había estudiado, diseñado y anhelado con tanto romanticismo. Allí experimenté en carne propia las limitaciones del Estado para operar en la práctica como esperaba en favor de los más pobres. Entre las autoridades y funcionarios del Estado descubrí tantos o más abusos que el lucro excesivo en un sistema de mercado de educación escolar. Por eso cambié mis premisas: un cambio por experiencia, no por argumentos. Personalmente conozco los dos mundos por dentro: el del Estado y el del mercado. En ambos tenemos seres humanos semejantes. Es en el diseño apropiado de los sistemas de organización donde necesitamos concentrarnos, con menos premisas y consignas ideológicas ocultas.

Por eso concluí que en muchos casos se puede hacer más por los más pobres y por la igualdad social desde la actividad privada que desde el Estado. Este es el caso en educación. El Estado no puede gestionar con eficiencia unidades muy diversas, complejas y dispersas como son los colegios. Por eso concluyo que el Estado como administrador de escuelas no podrá contribuir tanto como los particulares a mejorar la calidad educacional. Que algunos particulares obtengan un lucro excesivo es un costo a pagar inferior al que tendría la alternativa de más Estado.

Y prefiero vivir en una sociedad en que haya menos Estado y más libertad y diversidad.

El desafío de la calidad educacional
Volvamos a lo central: problema y desafíos de la educación escolar hoy. El mayor problema es el poco aprendizaje de los estudiantes. En esto estamos enteramente de acuerdo con Educación 2020, que ha provisto suficiente evidencia sobre el tema, además del bajo lugar de Chile en comparación con utros países en pruebas internacionales.

El poco aprendizaje deriva de la mayor dificultad de enseñar HOY debido al cambio vertiginoso y profundo de las atracciones alternativas que tienen los estudiantes: internet, facebook, google, los celulares, la tv, etc. A la par de eso no tenemos los profesores capacitados para enseñar a los estudiantes de hoy. Los mayores se han quedado atrás y los más jóvenes no salen bien formados de las universidades disponibles. Aquí está el meollo del problema.
A lo anterior se suma la dificutad de gestionar o dirigir escuelas en esas condiciones, especialmente en poblaciones marginales de familias con hijos que por primera vez llegan al nivel secundario. Son barrios pobres, hacinados, con familias uniparentales, droga, stress y desamparo. Enseñar y aprender en esas condiciones requiere habilidades y organizaciones de alto nivel.

Estimo que en el actual contexto lo clave es apoyar a los profesores a mejorar sus prácticas en sus salas de clases. No más diplomados y capacitaciones en Universidades que ya sabemos que son deficientes. Apoyo in situ, con sus alumnos, codo a codo. Cinco componentes debiera tener este apoyo. Primero, entrega de planificaciones básicas, clase a clase, para los profesores. Ellos no tienen suficiente tiempo ni base para planificar. Eso se le puede entregar, pidiéndole que lo enriquezca con sus ejemplos, experiencias de vida personal, etc. de tal manera de motivar a los estudiantes a estudiar las materias.
El segundo componente debiera ser la asesoría o tutoría al profesor en su sala por parte de otro profesor experimentado para apoyar al profesor en su forma de enseñar; es decir, de pasar la materia indicada en las planificaciones. Esto es un modo de hacer transferencia de mejores prácticas de los profesores asesores/tutores que han tenido buenos resultados de aprendizaje.
El tercero debiera ser evaluaciones externas y capacitación a los profesores en el buen uso de las calificaciones o notas para que conduzcan a mayor aprendizaje de los alumnos. Esta evaluación independiente además tiende a obligar a los profesores a pasar todas las materias que le corresponde según el programa de los cursos o las planificaciones.
El cuarto componente serían las actualizaciones pedagógicas de los docentes. Es decir la puesta al día de ellos, llenando los vacíos que haya tenido su formación o complementando sus conocimientos de materias nuevas, a menudo introducidos en las reformas curriculares recientes. Se trata de hacerse cargo de que las insuficiencias de aprendizaje que se observen en las pruebas externas de los estudiantes, que a menudo revelan que hay materias que el profesor no supo enseñar.
El quinto componente es la visión sistémica del proceso de enseñanza y de los cuatro componentes anteriores. Se trata de recordar a los docentes y directivos que para lograr el aprendizaje esperado las materias, ejercicios, exámenes, etc deben hacerse en un cierto orden, y que la no realización de una tarea o cambios en una variable afecta la efectividad de otras. Esto se debe traducir también en reportes semestrales y anuales de la aplicación de los distintos componentes de actividades conducentes al aprendizaje, que son analizados conjuntamente por los docentes y directivos de cada establecimiento.

Más de alguno podrá pensar que lo recién descrito no es ninguna novedad; es obvio y además es lo mínimo que cabe esperar que se realice en cualquier estableciento escolar mínimamente organizado. Estoy de acuerdo. Pero el problema es que, a pesar de lo obvio, esto no se realiza en la gran mayoría de los establecimientos subvencionados en Chile. Y eso explica porqué tenemos a más del 50% de los estudiantes que al final de 4º año básico todavía no saben leer. Y por eso al arrastrar estas deficiencias a cursos superiores, tantos estudiantes saben tan poco matemáticas, ciencias y otras materia claves para desenvolverse bien en el mundo de hoy.

Para mejorar la calidad de la educación escolar – es decir, lograr que los estudiantes aprendan mucho más, incluyendo computación, ciencias e inglés - requiere concentrarse en los resultados de aprendizaje de ellos y para eso lo fundamental es lograr mejores prácticas de los docentes en sus aulas. No veo cómo eso se lograría mejor ¨prohibiendo el lucro¨. Tampoco extendiendo el lucro, ni cerrando escuelas municipales. Simplemente se trata de otra cosa que no tiene que ver con el lucro.

Concentrémonos entonces en apoyar a los profesores en sus salas para que hagan mejores clases, y dejemos que los políticos se dediquen a ganar adherentes con slogans como el del lucro que suscitan adhesión precisamente por la poca reflexión que puede hacer una población con insuficiente educación. No seamos como los caballos con anteojeras a que se refiere Maturana, que nos asustemos por afirmaciones que se hacen en el supuesto implícito de que es absolutamente claro lo que uno dice¨. Muy probablemente quienes repiten esas consignas con tanta soltura, no han reflexionado ni conocen suficientemente los que pasa dentro de las escuelas y porqué tenemos la mala calidad y bajo aprendizaje que tenemos hoy.


*Artículo por aparecer a mediados del 2013 en libro editado por el Centro de Estudios de Políticas de Educación (CEPPE), Universidad Católica y por la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado, a partir de un Seminario realizado en Septiembre de 2012.