Desarrollo y Emprendimiento

Por qué este blog? Porque he dedicado mi vida profesional a aportar al desarrollo económico de Chile estudiando qué medidas ayudarían más al crecimiento y la equidad, y publicando lo que he ido descubriendo. Ahora quiero aprovechar esta tecnología para ampliar el diálogo con otros sobre este tema.

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Nombre: Ernesto Tironi
Ubicación: Las Condes, Santiago, Chile

Economista, empresario y educador (1947). Profesor Ingeniería Industrial Universidad de Chile, Asesor y Director de Empresas y de Sociedades del sector Educacional. Ex embajador ante Naciones Unidas y Gerente General de CORFO.

lunes, diciembre 29, 2014

Reforma educacional y Democracia Cristiana


Ernesto Tironi:"La Democracia Cristiana necesita hacer oír su voz y corregir esta reforma. Usar como criterio rector de su acción lo que ha sido su norte en toda su historia: el encuentro de un equilibrio entre lo privado y lo público..."
Sorprende la poca resistencia de los parlamentarios de la Democracia Cristiana (DC) al tipo de reforma educacional planteada por el ministro Eyzaguirre si uno considera cuidadosamente la historia e identidad de ese partido. Una educación con sentido social, libre y pluralista es constitutiva de la esencia de ser DC. Fue una de las grandes preocupaciones de todos los gobiernos encabezados por demócratas cristianos desde Frei Montalva. También la gota que rebasó el vaso de las diferencias de ese partido con el gobierno de Allende.

Por eso, con el diseño tan radical y estatista que el actual ministro dio a esta reforma, no cabe más que esperar numerosos conflictos. Si los parlamentarios DC aceptan la propuesta que salió de la Cámara de Diputados sin mayores cambios, pueden conducir a ese partido a derrotas electorales de gran magnitud y a una decadencia irremontable. Por el contrario, si la DC toma esto como una oportunidad para revitalizar su identidad y acercarse a la clase media -su grupo de referencia más propio-, puede resultar el partido menos afectado por la desafección ciudadana en curso.

La Democracia Cristiana nació como una alternativa entre el socialismo estatista totalitario y el capitalismo egoísta que hoy rechazan amplios sectores de la sociedad nacional, especialmente jóvenes. Por eso siempre se ha opuesto a la prevalencia de un mercado completamente desregulado y también ha planteado la necesidad de límites a la propiedad privada. Pero así también ha rechazado el estatismo socialista, especialmente en temas valóricos como la educación.

Por eso tampoco es casual que la gran mayoría de los apoderados y sostenedores de colegios subvencionados sean simpatizantes demócratas cristianos. Para una madre de clase media enviar a sus hijos a ese tipo de colegios era lo natural. Y para una persona de espíritu DC, interesada en el desarrollo del país con justicia social y creyente en el sentido social de la propiedad, nada podía calzar más con sus valores que invertir en formar colegios para grupos pobres en Maipú en vez de colegios particulares en Chicureo.

De modo que cuando surge este proyecto de terminar abruptamente con los colegios subvencionados privados por parte de un gobierno con predominio socialista, no es de extrañarse que se despierte el espíritu democratacristiano oculto de las clases medias mayoritarias de este país. Ese mismo espíritu apareció cuando Allende presentó su proyecto de ley sobre la Escuela Nacional Unificada (ENU) en 1973, que contribuyó decisivamente al término de ese gobierno, a pesar de que entonces el Presidente retiró rápidamente esa iniciativa.

Ahora en 2014, muchos dicen: "¡No te preocupes tanto, esto se va a corregir. No podría pasar en Chile hoy, que se ha vuelto un país más pragmático, educado y racional!". Eso mismo se dijo poco antes del golpe militar: aquí no ocurriría algo así. Y pasó, con las funestas consecuencias que todos conocimos.

El medio escogido por el actual ministro y sus asesores para poner fin al lucro tiene demasiados parecidos con malas políticas públicas a lo largo de la historia reciente de Chile. Por ejemplo, con la Reforma Agraria de fines de los 60 e inicios de los 70. Ambas son reformas basadas en eslóganes potentes y en la expropiación de propiedades. Autoridades y parlamentarios serios y estudiosos de la historia deberían estar conscientes de la magnitud de las heridas emocionales y las consecuencias sociales y políticas nefastas que este tipo de reformas puede dejar. Hay varias alternativas mejores.

Por eso la Democracia Cristiana necesita hacer oír su voz y corregir esta reforma. Usar como criterio rector de su acción lo que ha sido su norte en toda su historia: el encuentro de un equilibrio entre lo privado y lo público, entre mercado y Estado, entre libertad y regulación, entre lo inmediato y lo gradual. La DC nunca se ha opuesto a hacer reformas, sino a los cambios extremos e infundados, como los propuestos ahora, que tienen riesgos demasiado altos de no funcionar y de ser rechazados por la ciudadanía. En el fondo se trata de hacer en el ámbito educacional una transición como la que lideraron la DC y Patricio Aylwin para alcanzar la democracia y para pasar del neoliberalismo económico al desarrollo con equidad de la Concertación.

El papel articulador y moderador de la Democracia Cristiana sigue teniendo hoy plena vigencia. ¿Jugarán ese rol sus líderes de hoy?

Publicado en El Mercurio, Domingo 28 de diciembre de 2014