Desarrollo y Emprendimiento

Por qué este blog? Porque he dedicado mi vida profesional a aportar al desarrollo económico de Chile estudiando qué medidas ayudarían más al crecimiento y la equidad, y publicando lo que he ido descubriendo. Ahora quiero aprovechar esta tecnología para ampliar el diálogo con otros sobre este tema.

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Nombre: Ernesto Tironi
Ubicación: Las Condes, Santiago, Chile

Economista, empresario y educador (1947). Profesor Ingeniería Industrial Universidad de Chile, Asesor y Director de Empresas y de Sociedades del sector Educacional. Ex embajador ante Naciones Unidas y Gerente General de CORFO.

lunes, junio 23, 2014

Salida para Proyecto de Educación Escolar*

Ernesto Tironi B.
22 de Junio, 2014
            El Proyecto de Reformas a la Educación Escolar parece encallado antes de salir del puerto. Aunque una mayoría circunstancial intentara imponerlo, quedarían tantos heridos, problemas de implementación y protestantes activos, que dudo que la Presidenta  deje de usar ahora su intuición para suspender este nuevo Transantiago.
                Tal vez pueda ayudar como salida mi experiencia y una sugerencia derivada de allí. Siendo un economista igual al actual Ministro, ingresé al sector educacional hace 15 años, pensando que con mis conocimientos de economía y gestión, más las teorías de los expertos sectoriales del momento, lograría un notable resultado y contribución al país. No fue así.
            Cuando asumimos la administración de la escuela en que invertimos, lo primero que hicimos fue reorganizarla, poner  bonos ligados al desempeño de profesores y funcionarios, así como los  incentivos típicos de empresas. También aplicamos los últimos programas educativos recomendados por los expertos del momento en el Ministerio y afuera. Creíamos que con eso bastaría. Pero al cabo de cuatro años el progreso en calidad o aprendizaje era casi nulo. Allí nos dimos cuenta que lo más importante es cómo y cuánto enseña cada profesor dentro de su sala de clases.
            Demasiados expertos opinan (y ahora proponen leyes) sin jamás haber tenido la experiencia concreta de ver cómo funcionan por dentro las escuelas. Eso nos pasó a nosotros, y me temo que algo parecido le va a pasar a las actuales autoridades.
            Han aconsejado mal al Ministro los expertos que afirman que hoy para mejorar la educación hay poner fin a la selección, el copago y el lucro.  Con que hubiera estado tres meses encargado de una escuela o de un Depto. Municipal de Educación, habría puesto el  acento en mejorar enseñanza en aula de  escuelas y liceos municipales. Con eso obligaría  a superarse a los particulares subvencionados, nivelando hacia arriba.
            El famoso fin del lucro es un estandarte de batallas ideológicas ajenas a la educación misma. Representa otra utilización de la educación como argumento en batallas políticas. Esos slogans suenan muy potentes. Pero son transitorios. Ya hemos pasado por “la tierra para el que la trabaja” y varios otros por el estilo.
            Con todo, existiría un compromiso de la  Presidenta de poner fin al lucro. Si es así, escojamos al menos el medio o instrumento más adecuado, y que no cause un daño colateral superior al bien a alcanzar. Ese medio no es la compra-venta forzada de colegios. Es matar moscas con un cañón.
            ¿Qué hacer a estas alturas cuando se ha presentado  un proyecto tan extremo,  ácido y  polarizante?  Sugiero algo  que podría inaugurar una nueva era en formulación de políticas públicas en Chile: el diseño de políticas por evidencia experimental y no por criterios teóricos o ideológicos. Usar más el método  seguido en la Reforma Procesal Penal para modernizar  la justicia, en vez del método de ingenieros y economistas en el TranSantiago para el transporte. Reformas grandes impuestas de una sola vez, sin ensayos parciales previos ni gradualidad, tienen el riesgo que ya conocemos. ¿Expondremos la educación a ese riesgo?
            Lo que propongo es que se prueben en terreno, en la práctica, la eficacia de medidas como las del Proyecto de Ley actual en un número reducido de comunas y regiones, y por un tiempo predefinido de tres a cuatro años, mientras simultáneamente se prueba en otras con medidas como la fijación de una rentabilidad máxima a los sostenedores. Terminado ese período,  evaluar si se alcanzaron los fines buscados y sus efectos o costos directos e indirectos. Según esa evaluación independiente y rigurosa, corregir y  decidir qué  tipo de reforma aplicar para terminar con el lucro a nivel nacional. Así, los medios más adecuados pasarían a decidirse más por la experiencia práctica en terreno que por ideologías.  Este método por evidencia experimental  puede ser especialmente valioso para abordar los temas complejos que vienen, como son la desmunicipalización y el estatuto docente.
            La herramienta alternativa que sugiero experimentar para poner fin al lucro de una tasa máxima de rentabilidad,  sería una que ya se usa hoy en Chile en servicios públicos como el agua potable. Hay precedentes probados. Si los sostenedores no ganan más que eso,  no habrá más lucro. Bajo esa condición nadie ingresará ni se mantendrá en el sector  sin tener vocación por la educación. Otra medida de efecto análogo a experimentar en lugar y tiempos acotados,  podría ser poner un máximo al arriendo a pagarse por infraestructura. Estas son normas en que también hay precedentes fiscalizados por el SII. Necesitamos reformas sensatas y simples que no ideologicen ni politicen más la educación. 

* / Publicada en El Mercurio, Lunes 23 de Junio 2014